«El mejor regalo que le podemos hacer a nuestra afición es una victoria en el derbi para agradecer todo lo que han sufrido»

«El equipo, sin hacer un grandísimo partido, no se ha precipitado. Ha tratado de mantener la estructura, un orden y cree hasta el final», expuso el entrenador del Sporting, que ya vislumbra en el horizonte la cita del próximo sábado en el Carlos Tartiere sin obviar su peculiaridad.

«Es un partido señalado por todo el sportinguismo. Tenemos una ilusión tremenda en este derbi. El mejor regalo que podemos hacer a nuestra afición después de la pandemia es hacer un gran partido e intentar conseguir una victoria para agradecer todo lo que han sufrido el año pasado sin poder ver al equipo», argumentó el de Suria. Considera que el choque ante el Oviedo de la próxima semana «no tiene nada que ver con lo anterior» y cambiarán bastantes circunstancias respecto a los precedentes ante los carbayones, comenzando por el regreso de la afición a la grada.

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«En el aspecto emocional veremos cómo lo vamos llevando al inicio de la semana», indicó sobre la gestión del choque, convencido de que no faltará motivación. «Con pocas revoluciones estoy segurísimo de que no vamos a estar». señaló con una sonrisa. «Lo que quiero es que tengamos claro qué nos vamos a encontrar y dónde le vamos a poder hacer daño al Oviedo», profundizó el catalán, que no le da importancia a quién afronte el duelo regional con la vitola de favorito.

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Gallego explicó que ha concedido dos días de descanso a la plantilla al considerar que «se lo han merecido por la capacidad de sufrimiento y de creer y de insistir» y valoró el reencuentro a domicilio con la afición rojiblanca en Lezama, más de diecinueve meses después del último desplazamiento de los seguidores del conjunto gijonés. «Es espectacular tener a la afición ahí. Te da un plus. Te suma y es una pasada ver un lateral entero nuestro», señaló, con el deseo de que los desplazados, a los que deseo un buen viaje de vuelta a casa, también «le den valor a ese punto» sumado. En ese sentido, instó a relativizar la situación del equipo tras el empate en Lezama: «Ni antes éramos el Bayern de Múnich ni ahora somos otro equipo».