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Jueves, 20 de febrero 2020, 03:50
Acostumbra a decir Álvaro Cervera, según cuentan en Cádiz, que «a nuestro equipo le interesan partidos en los que no pasen muchas cosas». La propuesta es clara y está más que masticada y digerida por entrenador, futbolistas y afición. Todos están cómodos dentro ... de ese austero traje pulido desde abril de 2016, cuando Cervera llegó a la ciudad. Un 4-2-3-1 (a veces 4-4-2) rodeado de alambre de espino. Defensa solvente, cesión interesada del balón (es el visitante que menos posesión tiene, con un 39,3%), presión adelantada, robo en campo rival y hachazos rápidos a través de sus dos extremos, con el exmadridista Álex Fernández como lanzadera. Esa es la carta de presentación.
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Un hueso duro. Un oponente con una defensa que no da ni la hora -la que menos goles recibe de Segunda- y que juega con el cuchillo entre los dientes. «Al primero al que el míster pide defender es al delantero», subraya un jugador que conoce bien a Cervera. Así, este Cádiz se ha tirado 24 jornadas de 28 soldado al primer puesto. Con la fórmula de siempre, mejor engrasada por el tiempo. Al Sporting de Djukic, mientras, le llega la oportunidad de pegar el salto, espantar fantasmas y acercarse a los primeros si supera esta terapia de choque. El Cádiz plantea un proyecto antagónico a la idea futbolística que propone el serbio, que ha adelantado las líneas del equipo, estirado a los laterales y usado a los extremos como interiores, además de aumentar los tramos de posesión del Sporting.
«¿Cómo puede ganar al Cádiz? Pues cometiendo los menos errores posibles cuando tenga el balón», sintetiza el entrenador gijonés Juan Ramón López Muñiz, que ahonda más en los mecanismos de los gaditanos: «Siempre tienen las líneas muy juntas ante la salida de balón del rival, dejando espacio para que este salga. Quiere apretar en el centro del campo y cuando está dominado, acumula mucha gente atrás, con lo que es muy difícil generar algo. Después, a partir del robo, lo tiene claro. Posee fuerza, potencia y velocidad arriba. Si no hay buenas vigilancias, hace daño».
Por eso, el Sporting tendrá que extremar las precauciones en la salida de balón y tras la pérdida, con Bogdan y Damián en permanente estado de alerta. La pareja de baile del primero está en suspense por la baja de Perea, ausente por sanción junto a Malbasic. En Cádiz hablan de rellenar el hueco con Jurado o puede que con Salvi Sánchez a pierna cambiada, con lo que Iván Alejo se incrustaría en la derecha. Si el cambio es más natural, el escurridizo Salvi, el mejor asistente del equipo amarillo, se emparejaría con Damián Pérez, que tendrá que jugar con un ojo pegado al retrovisor todo la noche.
Interviene Raúl Cámara, que tuvo como entrenador a Álvaro Cervera en Tenerife y que machaca en la misma idea que Muñiz. «El Sporting tiene que cometer poquísimos errores para sacar este partido adelante. Es fundamental. Lo mismo que ser intenso y solidario. Si no iguala al Cádiz en eso, lo va a tener complicado, porque ellos van a competir hasta el 90+5», anuncia rotundo. El partido reclama maña, para desconchar su muro defensivo, y fuerza, para mantener el tipo todo el partido frente a un oponente muy físico.
«El Cádiz no tiene la pelota ni le interesa porque es muy peligroso sin ella. El Sporting tendrá que tener cuidado con esas pérdidas de balón porque de eso se alimenta. Ahí inicia el contragolpe y hace daño. Se pone 0-1, aunque tengas la sensación de que no ha hecho nada y creas que estás dominando. Te ganan y ni te enteras», completa Cámara.
Álex Fernández, la llave
Musculado en enero, donde llegaron futbolistas del nivel de Jorge Pombo, la plantilla del Cádiz mezcla explosividad y físico con el talento de algunos elementos concretos. Esas emboscadas que tiende, mañana con Lozano, Álvaro Giménez o el exrojiblanco Nano Mesa como punta de lanza, las activan un perfil de futbolistas muy concretos, sobresaliendo el citado Salvi y, especialmente, Álex Fernández. Él es la llave del Cádiz. Donde nacen muchos de los ataques de la compañía de Cervera. Mediocentro muy completo, con buen golpeo de balón y despliegue en el campo, Pedro Díaz y Cristian serán los encargados de esposarle.
Otro de los puntos calientes de la noche del viernes estará en la defensa y ataque de la estrategia. Entre los dos equipos hay una diferencia importante de tamaño. El último once titular del Cádiz subía hasta el 1,80 metros, mientras que el Sporting que derrotó al Racing se quedaba en el 1,78. Marcos Mauro (1,90 metros), Fali (1,86) y Cala (1,85), los tres centrales que más han participado esta temporada, ya han cantado bingo para el equipo de Álvaro Cervera, que tiene en Álex Fernández a su pateador oficial. «A balón parado estamos expuestos al dolor de cabeza», asume Djukic. Su equipo tendrá que fijar y definir mucho las marcas.
«Cervera es un estratega para todo, incluidas esas acciones a balón parado, que las trabaja muy bien. Por lo demás, en el Tenerife hacía una lectura perfecta de los partidos. Era increíble lo que acertaba siempre con lo que iba a pasar. Eso sí, premia sobre cualquier otro aspecto lo táctico y defensivo», remata Raúl Cámara. Toda una prueba de resistencia.
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