Gaspar Campos: «Me he sentido futbolista»

Una de las noticias positivas que deja el partido de esta tarde en Vallecas es el debut de Gaspar Campos. El futbolista, que lleva desde los ocho años en Mareo, asegura que hoy «me he sentido futbolista». A pesar de algún fallo en el pase cree que despachó «un buen partido».

La camiseta negra con detalles en color rosa, el número 38 y su nombre en la espalda queda ya para el recuerdo de Gaspar. Nacido en Gijón el 27 de marzo del 2000, el rojiblanco vio ayer cumplido su sueño de niño de estrenarse con el primer equipo del Sporting. Lo hizo en Vallecas ante el Rayo Vallecano en un partido que no pasará a la historia.

Seis cambios realizó Miroslav Djukic respecto al equipo que perdió el pasado lunes ante el Oviedo, pero la permuta más llamativa fue la del canterano. «Durante la charla me dijo que estuviera tranquilo, que jugara con calma y que aportara personalidad en el campo», explicó Gaspar nada más terminar el encuentro ante el Rayo Vallecano.

Su primer partido en el mundo profesional terminó en empate, pero la balanza pudo haber caído hacia el lado del Sporting si Carlos Carmona hubiera acertado tras la jugada que protagonizó el canterano. El Rayo sacó de portería y este se adelantó a su marcador para robarle el balón, su internada por la derecha pudo concluir con un disparo, pero Gaspar lo tuvo claro. Puso un centro raso a la frontal del área para un desmarcado Carmona que no pudo aprovechar la gran aportación del joven extremo.

Poco más se puede destacar del papel de Gaspar porque el Sporting apenas tuvo el control del esférico. Él abandonó el terreno de juego satisfecho con su labor. No era para menos, su inexperiencia había pasado desapercibida y estuvo a la altura de sus compañeros.

«Más allá de lo contento que estoy por el debut, tuve algún fallo, aunque creo que es lo normal», señaló tras el término del choque. Su debut tiene una dedicatoria especial. Y como suele ser habitual, los seres más cercanos son los recordados: «Me acuerda de mi familia y de todos mis amigos. Y sobre todo, de aquellos que trabajaron en el club y que me vieron crecer desde que era pequeño».