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El estadio en el que se inspira el Grupo Orlegi para el proyecto de El Molinón

El proyecto de 'Asturias 2030' comandado por el Grupo Orlegi para intentar convertir El Molinón en una de las sedes mundialistas en 2030, siempre que España sea uno de los países organizadores de la competición, ha vuelto a dar un giro en su idea en cuanto al estadio se refiere.

El pasado miércoles una comisión integrada por los técnicos de las federaciones portuguesa y española acudieron a El Molinón acompañados de una parte equipo de trabajo del Sporting para conocer de primera mano las evoluciones registradas en la propuesta del Grupo Orlegi para hacer partícipe a la región de la cita mundialista.

El proyecto, que comenzó siendo una pequeña remodelación del actual Molinón para más adelante convertirse en una gran obra con un estadio completamente nuevo, pasa ahora por la creación de un campo con una grada móvil modular que permita superar los 40.000 asientos que solicita la FIFA como requisito mínimo. El encargado de dicha obra es el arquitecto y yerno de Alejandro Irarragorri, Fernando Sordo. Él ha sido el encargado de presentar la incorporación al proyecto de dicha grada modular.

«El concepto es muy sencillo», asegura el arquitecto asturiano Jorge Noval. En una conversación mantenida con este periódico, Noval expone que es una solución «rápida y poco compleja» para ascender hasta los 45.000 asientos la capacidad de El Molinón.

En el caso de que finalmente se lleve a cabo la instalación de una grada supletoria, Noval abre dos vías. La primera de ellas se basa en la construcción modular sobre la estructura actual del estadio. «Si la idea pasa por mantener el estadio tal y como está, yo solo veo una opción que es la de incluir la grada por encima de la cubierta más baja», explica. De ser así, Jorge Noval recuerda la estructura que se montó en el actual Parque Hermanos Castro cuando se celebró la Copa Davids de tenis en Gijón.

«Si lo que quieren es ubicarla justo encima de la visera más baja del estadio, estructuralmente tiene cierta complejidad. No se podría apoyar sobre la estructura actual porque no está construida para sostener más peso por lo que tendría que ir apoyada en la calle, soportar el vuelo», continúa.

La manera en la que se llevaría a cabo sería «con un material llamado estructura espacial. Una serie de barras, con unas cruces de San Andrés que evitan que se desplace la estructura. Una vez cumplida su función, se desmontaría y el estadio podría quedar como estaba», apunta.

La segunda variable de la remodelación de El Molinón pasa, según Jorge Noval, por la demolición. «Se demolería gran parte de la estructura, manteniendo la configuración. Se podría hacer con el mismo diseño y quedaría como una especie de porche inclinado sobre la calle, pero ahí sí se modificaría el actual estadio por lo que requeriría un tratamiento de estudio detalle», asegura.

De ser así, la variedad de gradas móviles modulares es más amplia. Incluso el estadio podría ser modular como el Estadio 974 que se construyó en el pasado Mundial de Qatar. La estructura completa es desmontable, pero también puede quedar fija. En el caso del Estadio 974 se desmontó para construir otro de menor tamaño en otra ubicación. Una circunstancia muy parecida a la del futuro Molinón.

Otro ejemplo de una estructura modular fija, tal y como recordó Jorge Noval, es el Centro Nacional de Arte y Cultura Georges Pompidou de París. Una estructura modular, construida con carácter permanente: «Si va a durar un tiempo, se suele cuidar la calidad constructiva».

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