Secciones
Servicios
Destacamos
«¡Bruji! ¿Qué tal estás, amigo?», saluda con cariño Pepe Lavandera (La Felguera, 1947). En su nostálgica pregunta, toca la estatua del que fue su amigo durante muchas décadas, asombrado con los detalles y la perfección del rostro de Quini. A su lado, Iñaki Churruca (Zarauz, 1949). Otra leyenda. Otro inseparable de 'El Brujo' (hicieron hasta la 'mili' juntos) durante muchos años. Una reunión, promovida por EL COMERCIO, con mucha miga.
Ninguno había visto todavía la estatua. Los dos formaron junto a Quini, el 22 de diciembre de 1968, en el campo del Betis, la delantera en el primer partido del mito con el Sporting. Acabó con mosqueo. En un doloroso 1-0, con expulsión de Montes y en el partido 50 de 'Tati' Valdés, arrancaría la carrera de 'El Brujo'. Un primer día para recordar otro.
«¿Aquel partido? No me acuerdo, fue en el siglo pasado», suelta con guasa Churruca. Lavandera sí lo tiene en la memoria por un lance muy concreto del choque, además de por el estreno de 'El Brujo': «Echaron a Montes por ir a decirle algo al árbitro, le sacó la tarjeta en el momento. Y sí, fue el debut de Quini, que no marcó, pero sí lo haría ya en el siguiente partido, que jugamos en El Molinón contra el Ferrol».
Noticia relacionada
Los dos coinciden en la primera impresión profesional que causó aquel delantero, de 19 años, flaco en apariencia. «Era un novato, como todos, pero fue aprendiendo muy rápido. Era listo y muy competitivo en muchos aspectos», apunta entornando la mirada con picaresca Churruca. «Era muy, muy listo, y muy intuitivo», machaca Lavandera. El '9' ya apuntaba maneras.
En la mañana posterior a la inauguración de la estatua, con flores rojiblancas a los pies de Quini, son varios los aficionados que se acercan a visitarla y a llevarse una fotografía para el recuerdo custodiada en la galería de sus móviles. Uno reconoce a Churruca y le saluda con efusividad. «La cara está perfecta y tiene mucho pelo. ¡Qué elemento era!», insiste con cariño Lavandera. Las famosas bromas de 'El Brujo', que se estrenó con Carriega, flotan en el ambiente.
«Tiraba a puerta Churruca y yo, por ejemplo, no iba al rechace. Pero es que Quini iba a todos, ¡a todos! El balón, si pegaba en el palo por lo que fuera, él estaba allí preparado», prolonga el exfutbolista y técnico langreano. «Quini tenía la obsesión del gol, lo tenía siempre en mente. Nosotros no teníamos problemas; llegábamos, centrábamos y ya sabíamos que él estaba en el primer palo o en el segundo, y casi siempre acertaba. Luego decía: '¡Qué bien has centrado!'. Nos daba nuestro valor», continúa el exfutbolista del Sporting y del Athletic. «Lo llamábamos 'El Brujo' porque era verdad, era brujo, adivinaba dónde iba a caer siempre el balón. ¡Y cualquier cosa! Te decía que la Lotería iba a acabar en cinco y terminaba en cinco», recuerdan con risas.
El homenaje de Carlos García les gusta. «La estatua se parece muchísimo, está muy lograda la fisonomía», observa Churruca. Lavandera se pone en el lugar del homenajeado. ¿Qué pensaría Quini sobre la estatua? «Con esa gracia que él tenía, me dijo una vez: 'Pepe, poco a poco me voy a hacer el amu de Gijón'. Ya le habían puesto la calle y el parque. Si viera ahora lo de El Molinón y la estatua, no lo entendería», apunta el exfutbolista de La Felguera.
Un par de aficionados se acercan con timidez a la estatua. Hasta un trabajador, con la funda de faena, busca tocar la representación del mito del Sporting. Sigue la conversación entre sus dos primeros compañeros en el ataque del Sporting. Y amigos. «En el fútbol suele haber compañeros y amigos, y Quini era un amigo. Siempre tuvimos una buena relación», valora Lavandera, que era dos años mayor que él y que, durante su etapa como segundo entrenador del filial, echaba mano de 'El Brujo' para las clases prácticas a los Manjarín, Juanele y compañía. «Me gustaba trabajar la técnica individual y me ponía a centrar, con Quini rematando todo. Luego yo le decía: 'explícales cómo es la técnica'. Y Quini me decía: 'Nada, nada, olvídate, mejor que lo vean'».
Noticia relacionada
Churruca, por su parte, compartió ocho temporadas en el Sporting con Quini, siendo compañeros de habitación, además de las etapas en la Selección Sub 21, en la absoluta... Hasta hicieron el servicio militar en El Ferral (León). «Fuimos voluntarios porque habíamos ascendido cinco partidos antes y escogimos El Ferral para que no nos destinaran después, que podías acabar en El Sáhara. Llegamos allí en tren, en camión y ya, a la novena compañía», anota el extremo de Zarauz. Un capítulo dentro de una extensa y bonita historia de amistad que comenzó a forjarse en aquella tarde en Sevilla.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.