Abelardo, una destitución en pleno desayuno

La destitución de Abelardo como entrenador del Sporting tomó forma en el viaje de regreso de la directiva del club rojiblanco a Gijón, se consolidó en cuestión de horas de noctámbula conversación con México y se acordó en la madrugada del domingo, comunicándose a primera hora del día de ayer al entrenador. El momento llegó justo antes del entrenamiento que 'El Pitu' iba a dirigir para empezar a preparar el partido de octavos de final de la Copa del Rey frente al Valencia.

El club, a través de David Guerra y Gerardo García, que madrugaron en su llegada a Mareo, sin presencia aún de jugadores, técnicos, ni casi trabajadores, informó a Abelardo de su destitución a primera hora de la mañana de ayer. El técnico gijonés se encontraba en ese momento ya con la ropa de entrenamiento, iniciando el desayuno con los futbolistas, cuando fue citado por el presidente ejecutivo y el máximo responsable de la parcela deportiva para un aparte. Los dos le comunicaron la noticia. Pero la decisión ya se había tomado en esa madrugada del domingo, tras la derrota frente al Racing, en un gabinete de crisis entre México y Gijón.

Posteriormente, David Guerra y Gerardo García también mantuvieron un breve encuentro con los jugadores para informar de la situación y anunciar el cambio. Todo sin la presencia de Abelardo. Durante el mismo, algunos de los hombres fuertes del vestuario, como 'Cali' Izquierdoz, tuvieron palabras de cariño hacia el técnico gijonés y se mostraron agradecidos por su labor en estos meses que habían podido convivir con él.

El entrenador, en otro momento de la mañana, se despidió uno a uno de todos los jugadores. Igual que Tomás Hervás y José Antonio Morga, que fueron destituidos como 'El Pitu', en lo que parece un anuncio de la llegada de un nuevo cuerpo técnico al completo, incluido un segundo entrenador y un preparador físico. Los tres dejaban las instalaciones de Mareo a media mañana, con el filial a punto de disputar su partido contra el Colunga.

Abelardo salió con su vehículo, firmando un autógrafo a un joven aficionado, al que despidió con un «gracias» tras un cariñoso mensaje después de atender su petición. En las oficinas, mientras, David Guerra y Gerardo García mantenían varias gestiones abiertas con la intención de fichar un nuevo entrenador lo antes posible.

Poco después, el club confirmaba la noticia, adelantada por EL COMERCIO.es, justificando su decisión de despedir a Abelardo con la intención de «mejorar la marcha deportiva», considerando que la actual plantilla estaba «en disposición de mostrar su competitividad contra todos los rivales de la categoría». También manifestaba, de paso, «el total respaldo y la confianza» del consejo en los futbolistas.

Con respecto a Abelardo, con el que se estudiaba realizar algún tipo de rueda de prensa de despedida en las últimas horas, el club mencionaba su histórico ascenso como técnico en 2015 y le confirmaba como un «símbolo», agradeciéndole, además, «el trabajo realizado en esta segunda etapa al frente del primer equipo, con un papel relevante durante el tramo final de la pasada temporada en un momento deportivo muy complejo». El Sporting es y será, concluía el club, «la casa del exjugador y técnico gijonés».

Salvo por Diego Mariño, que sí se dejó ver, el resto del equipo completaba una sesión de trabajo en el gimnasio, en una jornada destinada a sopesar opciones de forma exprés en los despachos y retomar la normalidad lo antes posible. Carlos Castroagudín, preparador físico, y Lorenzo del Pozo dirigieron ese entrenamiento. Luego, los jugadores abandonaban Mareo. Algunos, como Dani Queipo, consolidado en el primer equipo con Abelardo, mostraban su agradecimiento público al trabajo de 'El Pitu'. «Gracias por la confianza que me diste desde el primer día, te deseo todo lo mejor en el futuro. Siempre te estaré agradecido», publicaba en sus redes sociales el canterano, de 20 años.

El club abría otro diálogo paralelo con Borja de Matías, profesional de máxima confianza de Abelardo, Caco Morán y Juan Pablo, con muchas opciones de seguir. El exguardameta del Sporting, de hecho, dirigió a Mariño en una breve sesión en el número 2. Los otros dos técnicos, con contrato, estaban pendientes de estas conversaciones.