El árbitro condena al Sporting

Se avecina otra semana de dientes largos contra los arbitrajes. La cuenta sale a polémica por jornada. Y resta al Sporting, que busca un final de curso tranquilo y este sábado se encontró un colegiado, Gorostegui Fernández, con las pulsaciones más altas que los futbolistas. Gatillo rápido para dejar a casi medio equipo advertido y a Varane y Endika Gaviñe, segundo de 'MAR', en la ducha. El Comité Técnico de Árbitros pide a gritos diván.

Hasta la roja de Varane, hubo esgrima inicial. El Cartagena pisó con garbo. Un centro de Poveda, telegrama a De Blasis, lo escupió Insua. La pértiga de Ortuño, delantero casado con el roce y la brega, incomodó de inicio al Sporting, roto antes del descanso por la expulsión de Varane. El exoviedista embolsó un par de buenos balones y disparó los decibelios en una pelota que se llevó por rudeza y corpachón. Y posiblemente con la mano. Por si acaso, Cuéllar apagó el incendio.

El once gijonés, con Djuka de espectador mordiéndose las ganas como descartado por precaución, igual que Queipo, bajó varias marchas al arranque. Tocó lo que pudo y robó la burbuja al Cartagena, con Luis Carrión enchironado en un palco por sanción. Alertado por la sacudida inicial, el Sporting estiraba el pescuezo. Agarraba el mando y la pechera al 'Efesé', pero sin un plan de ataque. Le cuesta un mundo dar las luces largas a los porteros rivales. Aarón Escandell estuvo de relajo antes de la rebelión de Insua. Hasta entonces, Pedro y Varane buscaban las carreras de Cote y Guille. Agua. Con Musto de mudanza, el Cartagena cerraba con cinco. El ataque de 'MAR', anulado.

El panorama afeó en un pestañeo, quedando el equipo con falta de personal, en alerta roja y totalmente bloqueado durante un buen rato. De Blasis, el jugador totémico de Cartagonova, había cantado un falso bingo por fuera de juego. Y unas carreras después, una aceleración del rejuvenecido Jairo Izquierdo fue frenada con una falta leve de Varane.

La severa amarilla que recibió el francés le inflamó. Su pelotazo de rabia, una reacción instintiva y desafortunada, se topó con un árbitro 'tiquismiquis' y castigador al milímetro. Tras una semana de ruido, más ruido. Gorostegui Fernández expulsó al mediocentro como un resorte y cargó con tarjetas a Otero y a Izquierdoz. Peligro.

Aplacó el Sporting, desquiciado y retrocediendo en el partido, pendular. Sufriendo a balón parado, sin que Ramírez metiera bisturí más allá de empujar al centro del campo a Otero. Asustado, sin más intención que defender el once gijonés, el Cartagena hizo casi un paseo militar para terminar brindando por el segundo. Apenas encontró oposición Luis Carrión en el caos que surgió bajo los pies del Sporting, grogui con el 2-0. Nacho Martín, que había librado la tarjeta roja por un pelo, rozó un disparo de Ortuño y este reventó la portería de Cuéllar por segunda vez. Ya había salido a calentar Marsà con el Sporting falto de estímulos. Canijo de recursos. Suerte que Insua cazó en plancha un estupendo bombeo de Cote antes de citarse con toda la tropa en el vestuario. 2-1.

Ramírez se fue a la caseta jurando en arameo, vinagre por el exceso arbitral y y por quedarse en blanco varios minutos, y con varios jugadores pisando un campo de minas por amonestación. Pero su equipo se largó vivo, con el técnico agarrando a Izquierdoz para que no insistiera con Gorostegui Fernández, de gatillo rápido y trato tiránico. Del camerino ya regresó con Marsà, liquidado Jeraldino. Se restableció el orden del trivote y el ataque quedó a la suerte de las rápidas piernas de Otero. Un llanero solitario. Cogió peso el Sporting, exigido cada vez que Jairo arrancaba la moto. Un lobo estepario, veneno a campo abierto.

Contra su viento a favor, al Cartagena se le puso cara de circunstancia. Ya no sacaba tajada de la superioridad, indultado por el árbitro en todo lo demás. Un atropello de Alcalá sobre Otero quedó en el tintero. El colombiano había astillado antes el larguero del Cartagena tras un centro de Cote. Cartagonova era el festival de música de los murmullos. Rivera no empaló un centro de Guille, valiente en una cabalgada. Hasta De Blasis se vio obligado a echar una mano en la salida. Pedro se apagó en un casi mano a mano con Otero. Dudó y Calero le sacó el balón cuando iba a encañonar.

El Sporting acampó alto, revolucionado. Más cerca del empate. Otero y Pedro volvieron a mangar un balón cerca de la portería, pero el pelotazo del mediocentro se fue a las nubes. Más madera. Aitor relevó al '8'. El once gijonés apretó los dientes, a pecho descubierto en el final. Persiguiendo el robo para salir en tromba frente a un oponente intimidado y nervioso. Acabó el Sporting con tres delanteros y Jordan. A la heroica. Con la expulsión de Endika Gaviña, segundo de 'MAR', para redondear.