María sostiene EL COMERCIO a las puertas del Hospital de Cabueñes. JUAN CARLOS TUERO

Coronavirus en Asturias | «Damos un servicio básico»

Es la sonrisa que ven en el vestíbulo del hospital gijonés usuarios y profesionales. Un kiosco es más que nunca un punto de encuentro

PABLO A. MARÍN ESTRADA

GIJÓN.

Viernes, 27 de marzo 2020, 03:44

«Aquí no ves malas caras, a veces alguien sale con los ojos húmedos y habrá quien descarga la tensión en casa. Hay momentos y hay de todo. Yo misma algún día asomo un poco fuera a respirar porque ves situaciones que ahora te afectan ... más. También vives cosas que te suben la moral: una señora que está en casa guardando la cuarentena y con el marido afectado aquí, me llamó para saber si le podía llevar los periódicos: 'Es un gran lector, yo se lo pagaría cuando podamos', me dijo. Me dieron permiso y estoy llevándole a las ocho cada mañana dos periodicos a la planta: llamo al timbre y salen las auxiliares a recogerlo. Eso me emocionó». Lo cuenta María Fernández Monjil, kiosquera del Hospital de Cabueñes, al otro lado del teléfono.

Publicidad

Vecina del barrio de La Arena, lleva una década al frente del pequeño negocio que sus padres fundaron hace cuarenta años y su buen humor o la amabilidad son marca de la casa que conocen bien usuarios del centro y los profesionales que trabajan en él. «Me gusta lo que hago y socializar. Algunos me dicen: 'No sé cómo lo haces, parece que tú no tienes preocupaciones'. Y las tengo, como todo el mundo, pero la mayoría de los clientes vienen con problemas de salud o de sus familiares, lo que toca es una sonrisa. Ahora también, el personal del centro quiere distraerse un poquitín o hablar unas palabras. Somos como una familia», explica. Trabajadores del hospital o los pocos pacientes que acuden para realizar su sesiones de diálisis, tratamiento oncológico y otros ineludibles, son ahora casi sus únicos clientes: «En esta situación que haya ventas o no es lo de menos. Intento prestar un servicio y si alguien necesita un chocolatín, algo dulce, un poco de conversación, aquí te tienen. Sé que trabajan con mucha presión y entre todos nos apoyamos», apunta. De entre las confidencias que comparten con ella los profesionales destaca la de que «aunque vengan semanas duras lo estamos haciendo bien». Acerca de los apoyos que suenan cada tarde en los balcones «hablaban más al principio, ahora están a lo que están. Eso sí, sé que les encantó el vídeo de la policía aplaudiendo», revela.

Haciendo gala de su humor declara que «aunque esté mal que yo lo diga, sigo la información menos de lo que quisiera, porque es inevitable que te afecte, lo vives aquí y además tengo un hijo un poco hipocondriaco que me pone al día de todo. A él y a mi otra hija les digo que esto debe servir para valorar lo que tenemos y aprender a estar unidos, la solidaridad».

Fuera detecta «una actitud muy buena de la gente, pero no se puede ir al supermercado a diario, debe tomarse en serio. Yo voy una vez a la semana. Para estirar las piernas en casa, mi hija -adolescente total- hace zumba ahí cada tarde. Como no pongamos todos de nuestra parte esto no se va a parar», concluye.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

3 meses por solo 1€/mes

Publicidad