a. s. gonzález
Oviedo
Jueves, 15 de septiembre 2022, 17:04
Una pasajera estadounidense de un crucero en Las Bahamas falleció la pasada semana tras el ataque de un tiburón. La mujer, de 58 años, buceaba junto a su familia cuando el escualo arremetió contra ella. A pesar de que fue rescatada, los servicios sanitarios solo pudieron certificar su defunción.
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La mujer viajaba a bordo del barco de Royal Caribbean, Harmony of the Seas, en una ruta de siete días de duración Era un grupo de cinco personas. Con el crucero atracado en Nassau , contrataron una excursión con una compañía de turismo local para ver el fondo marino en Green Cay, frente a la costa de la localidad.
Sus familiares se encontraban haciendo snorkel con ella cuando se percataron de que era víctima del ataque de un tiburón. Fueron a su rescate pero ya había sufrido importantes mordeduras en las «extremidades superiores».
Trabajadores de la compañía de viajes y miembros de su propia familia consiguieron subir a la mujer al bote y acudir al muelle más cercano, donde certificaron que la víctima ya no presentaba signos vitales.
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No se trata del primer incidente con tiburones en la zona. De hecho, en 2019 una joven de 21 años de California – la víctima actual provenía de Pensilvania- falleció en otro incidente similar. El área del ataque ha sido cerrada a los visitantes indefinidamente.
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«Royal Caribbean está brindando apoyo y asistencia a los seres queridos de los huéspedes durante este momento difícil«, señaló a través de un comunicado la línea de cruceros.
La mujer fue atacada por un tiburón toro, también conocido como tiburón sarda o tiburón de Zambesi. A pesar de la fama de los tiburones blancos, estos escualos son los que más muertes causan ya que tienden a acercarse a latitudes poco profundas para cazar y allí coinciden con buzos o intrépidos bañistas.
Miden hasta dos metros y medio de largo –frente a los siete del grande predador- y tienen una visión limitada. Son muy territoriales y los expertos advierten de que atacan ante la menor provocación puesto que los humanos representan su mayor peligro.
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Viven en aguas dulces y saladas y suelen moverse a baja profundidad muy cerca de las costas, tanto en mar como en ríos. Por lo general, habitan en profundidades menores a los 30 metros, pero pueden alcanzar los 150 metros en aguas de la plataforma continental.
El escualo con frecuencia se desplaza hasta estuarios y sigue hacia ríos arriba con mucha facilidad. Aunque por lo general se mueve de forma lenta, adquiere gran rapidez al identificar a una posible presa.
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