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P. SUÁREZ / J. CANO / A. FRÍAS
MÁLAGA.
Miércoles, 16 de enero 2019, 09:21
Primero fue la bolsa de gusanitos y ahora, el ADN. La Guardia Civil ha encontrado restos biológicos del pequeño Julen en el pozo donde sus padres aseguran que cayó y donde se le busca desde el pasado domingo. Fuentes próximas a la investigación han confirmado ... que se le han realizado pruebas a la tierra húmeda hallada el primer día de la búsqueda en ese tapón detectado a 73 metros de la superficie. Y esos análisis han dado un restado positivo: hay ADN de Julen en la arena.
Ya el pasado domingo, en una de esas incursiones que se hizo en el interior del pozo con un robot, mientras éste descendía, se cruzó en la gruta con una bolsa de chucherías que caía por la misma. Todo apunta a que se había quedado enganchada en una pared del pozo, cuando el niño se precipitó dentro, y que el propio cable del robot la movió y la hizo caer. En la siguiente inmersión, la cámara confirmó la presencia de la bolsa en el fondo de arena, a 78 metros.
Los restos analizados fueron recogidos este pasado domingo y en la noche de este martes se conoció un adelanto verbal del informe que revela que hay restos biológicos que se corresponden con Julen, ha dicho la subdelegada, quien ha recordado que se tomaron muestras de los padres y del propio biberón del niño, casándose la información «y con la constatación de que se han hallado restos que corresponden al menor».
«Tenemos una certeza descrita científicamente de que el pequeño está allí y que va en la línea de la investigación y seguimos con los trabajos», ha indicado a los periodistas en el lugar del operativo, añadiendo que en estos momentos se está preparando la plataforma previa para la excavación de la galería lateral: «Son trabajos muy relevantes y no se ha descansado; esto no impide que sigamos extrayendo del propio pozo porque tenemos que continuar ahí también».
Los responsables del operativo, con la Guardia Civil al frente, han dado orden de acometer todas las opciones que se barajaban el lunes para rescatar al pequeño Julen. Esto es, succionar el tapón de tierra detectado a 73 metros del agujero por el que habría caído Julen; construir un pozo (paralelo, de un metro de diámetro y a cuatro o cinco metros del primero) y conectarlo con éste en forma de 'u' a la altura del tapón; y hacer un túnel perpendicular desde la ladera de la montaña.
«Se encontró un poco de pelo en el túnel y las pruebas que se realizaron por parte de la Guardia Civil certifican que es del niño. Nos da una cierta certeza de que el niño está ahí, en ese pozo», ha explicado Gómez de Celis en la cadena SER.
Las labores han seguido al mismo ritmo desde el pasado domingo, cuando se produjo el suceso, centradas hoy en la apertura de dos túneles, uno paralelo y otro en oblicuo, con una tuneladora, al orificio donde cayó el pequeño.
Ocho técnicos de la Brigada de Salvamento Minero de Hunosa se unieron ayer al operativo que trabaja en la construcción de un túnel lateral para intentar acceder al punto en el que se cree que se encuentra el pequeño Julen, el niño de dos años que, presuntamente, cayó por un pozo ubicado en una finca perteneciente al municipio de Totalán (Málaga). Fue la propia ministra de Defensa, Margarita Robles, quien telefoneó de urgencia al presidente de Hunosa, Gregorio Rabanal, para solicitarle la participación de la Brigada de Salvamento Minero en el complejo rescate.
El máximo responsable de la hullera se puso inmediatamente al disposición del Ministerio para facilitar cualquier aspecto humano o material que pudiese precisar el equipo de rescate. De esta manera, ocho técnicos de la Brigada con su equipo y su material se desplazaron a Totalán en un avión militar fletado por Defensa con carácter urgente para colaborar en el operativo de rescate.
La intervención del equipo asturiano, que en un principio acudía al lugar con la finalidad de apoyar a los diferentes equipos que se encuentran cavando una galería horizontal aprovechando la pendiente del terreno, se revela ahora clave después de que a mitad de la tarde de ayer hubiese un cambio en el planteamiento del rescate. Los rescatadores contemplan ahora la excavación de un segundo túnel paralelo al pozo, en lo que los expertos entienden como una opción de emergencia por si la galería perpendicular no pudiese ser completada.
Es precisamente para esta galería para lo que se ha requerido la presencia de los técnicos de Hunosa, expertos en este tipo de cavidades por su frecuente uso en las minas de carbón. «Si alguien lo puede hacer con garantías son ellos», explican fuentes cercanas a la hullera sobre un equipo «más que habituado» a excavar este tipo de pasadizos, los cuales entrañan un importante peligro, más si cabe cuando el operativo lucha contra el cronómetro. Tras llegar a la zona pasadas las tres de la tarde, los ocho técnicos asturianos apenas han tenido tiempo para examinar las condiciones del terreno en el que llevarán a cabo la operación. «Todavía no podemos decir mucho, pero vamos a hacer todo lo posible. Es realmente complejo», advierten los asturianos.
Además del equipo de mineros, se sumó a las labores la compañía de geolocalización sueca Stockholm Precision. Se trata de la misma compañía que en agosto de 2010 situó el punto exacto en el que se encontraban los 33 mineros chilenos atrapados a más de 700 metros bajo tierra tras el derrumbe de la mina San José. Un dato que fue clave para la evacuación.
Desde primera hora del día de ayer, los efectivos en la zona trabajaron en la construcción del túnel lateral para rescatar al pequeño. Según informó la subdelegada del Gobierno en Málaga, María Gámez, la idea es abrir un orificio lateral y horizontal, aprovechando la pendiente de la montaña. Así se quiere excavar un túnel de entre 50 y 80 metros de longitud para alcanzar los 80 metros de profundidad del pozo, que es donde los efectivos de emergencias consideran que se encuentra el menor. Este último tramo sería excavado por los miembros de la Brigada de Salvamento Minero, dado el alto riesgo que entraña finalizar la galería y la precisión requerida.
Tras ello, se quiere introducir una cámara y observar lo que hay en el interior del pozo. En el caso de que haya una confirmación de que el pequeño Julen se encuentra en el punto en el que consideran los especialistas, la intención de los efectivos es aumentar el tamaño de ese túnel por medio de martillos picadores de aire comprimido y proceder al rescate del niño. Al iniciar el ensanchamiento de abajo a arriba, no existe riesgo alguno de el pequeño pueda quedar enterrado por el terreno que se desprende. De hecho, Gámez explicó que esta es la alternativa por la que se ha optado principalmente al ser el sistema más seguro para que no se colapse el orificio por el que presumiblemente se precipitó el pequeño.
Los efectivos de Bomberos y Guardia Civil cuentan desde el primer momento con un gran número de profesionales y empresas privadas que se han ofrecido como apoyo en las tareas de rescate. En este sentido, Gámez ha precisado que diez de las empresas más especializadas en temas de ingeniería están asesorando a los coordinadores del dispositivo en forma de gabinete técnico sobre aspectos como la orografía, los materiales y las distintas formas de acceder al pozo.
Mientras continúan las labores de rescate, se trata de responder a la pregunta de cómo un niño de dos años pudo caer en aquel agujero tan estrecho. «Dejé el pozo tapado con una piedra». Lo afirma Antonio Sánchez, responsable de Triben Perforaciones, la empresa que realizó la excavación del conducto subterráneo. Sánchez explicó que hace un mes realizó hace una perforación de sondeo para buscar agua, sin que obtuviera ningún resultado positivo. Tras ello, explicó, acabó el operativo y dejó el pozo tapado con una piedra y con unos cinco mil kilos de tierra -pizarra molida- alrededor del orificio. Al parecer, a la Junta de Andalucía «no le consta» que ese sondeo de más de cien metros de profundidad cuente con los permisos oficiales pertinentes.
Expertos consultados por EL COMERCIO señalan la «inconsciencia» a la hora de dar por cerrado un túnel de estas características con la simple colocación de una piedra. «Es ridículo. Para cerrar un sondeo de este tipo se debe instalar primero una tubería que luego se rellena con cemento», explica José Antonio Sáenz de Santamaría, decano del Colegio de Geólogos de Asturias. «Si el pozo era para buscar agua, debía tener el permiso de la dirección general de Minas, la confederación hidrográfica del lugar e incluso licencias medioambientales. Por lo que tengo entendido no existe ninguna de estas autorizaciones», señala el experto geólogo.
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