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La primera víctima mortal conocida fue un hombre de Massanassa (Valencia) que el martes bajó en ascensor al garaje de su edificio para comprobar cómo estaba su coche después de la tromba de agua que había visto por la ventana. El parking comunitario estaba anegado y él falleció ahogado cuando el elevador llegó abajo. El número de fallecidos asciende este jueves a al menos 155 fallecidos más -los últimos nueve han sido hallados en un garaje y en un edificio de La Torre- : familias cuyas casas fueron arrolladas por violentos torrentes de agua marrón descontrolada, personas a las que el desastre pilló en la carreteras convertidas en ríos furiosos, gente que trataba de huir a contracorriente sin éxito... Varios niños, al menos cuatro, perdieron la vida también. Mientras, los servicios de emergencia trabajan sin descanso en la búsqueda y rescate de personas.
La ministra de Defensa, Margarita Robles, ha subrayado este jueves que la prioridad son los desaparecidos. No ha querido precisar un número aproximado de personas que puedan estar en paradero desconocido por considerarlo «prematuro», si bien ha reconocido que son «todavía muchas». Especialmente, ha citado, en municipios valencianos como Paiporta y Masanasa, gravemente afectadas por la gota fría, en los que podría haber ciudadanos atrapados en garajes, según la información que manejan las autoridades. Defensa ha desplegado a 51 equipos especiales que llevarán a cabo labores de desescombro. Además, Robles ha puesto sobre la mesa la posibilidad de reforzar el despliegue de helicópteros cedidos por los Ejércitos de Tierra y Aire o los equipos que usan perros. «Lo que haga falta y durante el tiempo que haga falta. Quienes requieran refuerzos, que nos lo hagan saber», ha pedido la ministra.
La DANA que arrasó Valencia y las provincias limítrofes se ha convertido en una de las catástrofes naturales más mortíferas que ha sufrido España en su historia y la más dramática de este siglo. Ha dejado pueblos destruidos y calles convertidas en escombreras donde fango, troncos y coches forman una masa apelmazada; ha dejado puentes desgarrados, negocios arruinados y una morgue de emergencia en el Palacio de Justicia de la capital valenciana. Ha paralizado trenes, cerrado el aeropuerto, anegado el metro y reventado carreteras.
Ha hecho trizas la rutina de decenas de miles de personas y demostrado su fragilidad. 150.000 se quedaron sin suministro eléctrico y el caos y los bulos llevaron a que casi se agotase el agua en los supermercados valencianos ante el temor injustificado al desabastecimiento.
El Gobierno ha declarado tres días de luto nacional y activado la consideración de zona catastrófica para los lugares en los que se ha cebado el temporal, que comenzó el martes y este miércoles al amanecer mostró su zarpazo con toda la crudeza de la luz del día. La Unión Europea (UE) ha ofrecido ayuda para la reconstrucción, y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha asegurado que la Administración se va a volcar para que regrese pronto a la zona lo más parecido a lo que queda de normalidad. «No os vamos a dejar solos», prometió.
Valencia se ha llevado la peor parte. Al menos 101 -este miércoles miércoles, la cifra era de 92- personas perdieron la vida en esta comunidad autónoma, la más castigada por el temporal. Dos más fallecieron en Castilla la Mancha, concretamente en Mira (Cuenca) y Letur (Albacete); y una en Málaga, en el hospital, un hombre de 72 años que no pudo recuperarse de las heridas sufridas. Además, decenas seguían ayer desaparecidas en distintos puntos. Granada, Almería y Murcia han sido las otras provincias donde también se ha sufrido con intensidad este episodio de lluvias torrenciales.
Todo esto ha ocurrido cuando más herramientas tecnológicas existen para pronosticar situaciones de este tipo –de hecho, ésta estaba anunciada desde hacía varios días–, pero también cuando el cambio climático propicia la llegada de eventos meteorológicos extremos. Es uno de los grandes riesgos del calentamiento global del que alertan los expertos desde hace años.
La dana, antes conocida como gota fría, es el acrónimo de 'depresión aislada en niveles altos' y es lo que ha provocado todo esto. De hecho, la Agencia Española de Meteorología (Aemet) prevé que el episodio se prolongue con distinta intensidad hasta el próximo domingo en el este peninsular. Se entra en esta situación cuando se encuentran una corriente de aire frío en altura procedente del norte, con otra cálida y húmeda que llega desde el Mediterráneo. Y hay que tener en cuenta que en estos momentos la temperatura del mar se encuentra en el entorno de los 21 grados centígrados, que es uno y medio por encima de lo que es habitual para esta época del año, recordaba ayer José Ángel Núñez, jefe de Climatología de Aemet en Valencia.
Hay otro factor relevante: la orografía. «El chorro de viento en capas bajas focaliza las precipitaciones más intensas en sierras de interior y prelitoral, donde se producen ascensos forzados al remontar las montañas», explica el experto. Por eso las lluvias más violentas se han registrado en el interior de la Comunitat y no en el área litoral. Y por eso la dana más devastadora de este siglo se ha concentrado, sobre todo, en pueblos como Chiva, donde en solo cuatro horas cayeron 343 litros por metro cuadrado. Como referencia para saber de lo que estamos hablando, las inundaciones de Bilbao de 1983 habían dejado 506 litros en veinticuatro horas.
Pero quizás sea Paiporta la localidad donde el drama ha alcanzado su cota más alta. Una treintena de vecinos ha perdido la vida, entre ellos seis ancianos de una residencia que no pudieron ser evacuados a tiempo. También fallecieron en este municipio dos guardias civiles y la novia de uno de ellos, que se quedaron atrapados en el garaje del cuartel antes de que terminase anegado por el agua.
En general, fueron las poblaciones aledañas a los ríos Magro, Júcar y Turia las más perjudicadas por las lluvias torrenciales. Los lugares con más desnivel se convirtieron en torrenteras incontrolables, y las llanuras donde se salieron los cauces pasaron a ser masas de agua que se llevaban todo a su paso.
Semejante panorama ha alterado la vida de miles de personas. 700 trabajadores de la planta de Ford en Almussafes tuvieron que quedarse a pasar la noche del martes al miércoles en la fábrica, que permanecerá cerrada varios días. Otras 650 personas se refugiaron en el Ikea de Alfafar, muchas de ellas trasladadas por efectivos de la Guardia Civil hasta allí, donde recibieron cobijo, ropa y alimento. Y 120 pasajeros del tren que cubría el trayecto entre Alicante y Valencia el martes por la tarde tuvieron que quedarse toda la noche y la mañana del miércoles en el convoy, hasta que ayer a mediodía se les pudo dar una salida.
Para rescatar a personas que se habían quedado atrapadas en techos de edificios o sobre vehículos se utilizaron helicópteros. En total, hasta la zona del desastre se desplazaron 1.034 efectivos de la Unidad Militar de Emergencias (UME). «Todo el mundo está movilizado para lo que haga falta y el tiempo necesario», dijo la ministra de Defensa, Margarita Robles, ante lo que calificó como un «fenómeno sin precedentes». Su departamento ha ofrecido también morgues portátiles, psicólogos y perros de rastreo para buscar cuerpos.
Moncloa convocó al comité de crisis para coordinar las labores de asistencia y el Congreso de los Diputados guardó un minuto de silencio por las víctimas antes de suspender el pleno.
El Gobierno valenciano, por su parte, activó el 'protocolo de múltiples víctimas', que recoge diferentes actuaciones en materia de medicina legal e identificación de personas. Al no haber suficientes jueces para levantar cadáveres se ha facultado a los médicos forenses a hacerlo.
Pero la magnitud de la tragedia ha sido tal que no ha habido manera dar respuesta a unas necesidades que eran inabarcables. José Miguel Basset, del Consorcio Provincial de Bomberos de Valencia, reconoció que los servicios de emergencia «no han sido capaces de llegar a ayudar a todas las víctimas» debido a la imposibilidad de acceder a las múltiples zonas afectadas. Durante la noche del martes al miércoles se rescataron dos centenares de personas que fueron trasladadas a albergues. Otras muchas se quedaron atrapadas en las autopistas A-3 y A-5, y el Gobierno valenciano ha pedido a la población que no salga a las carreteras
Los trenes también están parados, tanto los de cercanías como las líneas de alta velocidad; de hecho el AVE, según avanzó el ministro Óscar Puente, no funcionará al menos en los próximos cuatro días. El aeropuerto de Valencia permaneció varias horas cerrado. Cuando abrió muchos de los pasajeros no tenían manera de abandonar la instalación por el estado de las carreras.
En los próximos días se espera que llegue ayuda de otras comunidades autónomas porque la crisis se va a prolongar durante mucho tiempo. Además, y según las previsiones de la Aemet, la lluvia no va a dar tregua porque se esperan tormentas fuertes y muy fuertes durante los próximos días.
Hoy la gota fría golpea Castellón, en alerta roja, zonas de Aragón, Cataluña y Andalucía, sobre todo, a Jerez, Cádiz y Sevilla. Estas zonas ya soportaron este miércoles su furia. A mediodía la Aemet emitió un aviso naranja por lluvias intensas en el litoral y prelitoral de la provincia de Barcelona. Allí, pasadas las tres de la tarde la tormenta ha descargado con fuerza afectando a varias líneas del metro y al tráfico en varios puntos de la urbe. Además, se pudo ver una espectacular manga marina en la costa barcelonesa. Este jueves la zona más afectada se situa en Tarragona, donde las radas han cortado carreteras y vías férreas. El peligro es real por lo que Protección Civil emitió, poco después de las 13.00 horas, una alerta a los ciudadanos del sur de Cataluña en la que pide restringir la movilidad y extremar precauciones en zonas inundables y cauces en las comarcas de Baix Ebre, Montsià y Terra Alta.
El panorama en la zona occidental andaluza no era mejor. Amplias zonas de Huelva y Sevilla y estuvieron en aviso naranja. Además, en Cádiz, la región de La Campiña estuvo en alerta roja, lo mismo que Jerez, donde las trombas de agua dejaron calles anegadas y el Ayuntamiento pidió a la población «extremar la precaución y la prudencia». Este jueves, Andalucía acumula hasta 162 incidencias relacionadas con las trombas de agua, la mayoría en la provincia de Cádiz con 125 actuaciones. «Mantenemos activado el Plan de Emergencias ante el Riesgo de Inundaciones», explican desde la Junta de Andalucía. En la imagen, rescate de diez personas tras inundarse una vivienda en Alcalá de los Gazules (Cádiz)
También Aragón sufrió las consecuencias de las tormentas que hafectaron especialmente a zonas de Zaragoza y Teruel, donde las riadas fueron notables en localidades como Olba, Montalbán, Blancas, Odón, u Orihuela del Tremedal. Allí hubo desbordamientos de ríos y daños en infraestructuras.
Con este panorama, este jueves volverá a ser un día complicado en el que continuará la búsqueda de víctimas en la 'zona cero', donde las posibilidades de encontrarlas con vida menguan a medida que pasan las horas.
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