Las dos variedades de tabaco que dejan ya de venderse en los estancos

En dicho decreto se hace prohibición de la venta de tabaco calentado con aromas característicos que estimulan al consumidor a fumar un cigarrillo que, a pesar de no tener los mismos efectos nocivos en la salud, no es inocuo. En concreto la norma afecta a dos variantes de la misma marca, Philip Morris quien dejará de vender el mentolado fuerte (Blue) y el de frutos rojos (Mauve Wave) desde este mismo 17 de abril.

El cambio legislativo incluye por primera vez la definición de tabaco calentado como aquel «novedoso que se calienta para producir una emisión que contiene nicotina y otras sustancias químicas», algo que la marca dueña de Marlboro o L&M entre otras, reconoce ya que en palabras de su director Daniel Cuevas en una entrevista ofrecida al Huffington Post el pasado febrero, usar este tipo de productos es para «los fumadores que quieren dejar de fumar y que tienen que dar un paso y hacer un esfuerzo para pasarse a un producto distinto- explicaba Cuevas y añadía que « el fumador debe saber que el cigarrillo de toda la vida es muy tóxico y que esto es una mejor alternativa, pero no es inocuo».

Según los informes, las ventas de tabaco calentado aumentaron un 17 % en España y se vendieron hasta 17.000 kilos de recargas en 2023. Parece que su elevado consumo se debe a dos factores. Por un lado, el incremento del precio del tabaco y por otro la visión de alternativa ya que el tabaco calentado contiene un 95 % menos de sustancias químicas que el tradicional ya que no produce combustión ni alquitrán y, aunque su uso no es completamente seguro, puede ser una opción menos perjudicial.

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Miriam Suárez

La prohibición del mentolado y otros sabores distintos al del tabaco no es algo nuevo ya que en el año 2022 Estados Unidos propuso eliminar los sabores en el tabaco para reducir la morbilidad que produce causando casi 500.000 muertes el año en el país americano. El mentol reduce la irritación y la dureza del tabaco por lo que su consumo se extiende entre los jóvenes que no rechazan tanto el fuerte olor y sabor del tradicional. Además, dicho sabor interactúa con la nicotina produciendo efectos más adictivos y haciendo que las personas tengan más dificultades para dejar de fumar al gustarles más el sabor.