El Día Mundial de la Psoriasis, que se celebra hoy 29 de octubre, da visibilidad a una enfermedad que padecen cerca de un millón de personas en el país y que suele aparecer entre los 15 y 35 años, aunque también afecta a niños y a personas mayores. En torno al 2'3% de los españoles convive con ella.
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Se trata de una patología inflamatoria del sistema inmunitario que puede afectar a la piel, a las uñas y a las articulaciones. Es crónica y se presenta en brotes, con exacerbaciones y remisiones. En ningún caso es contagiosa. Aunque existe una predisposición genética para padecerla, tampoco es hereditaria. Aún así, un tercio de los afectados tiene familiares directos que la sufren.
La enfermedad aparece por un mal funcionamiento de los linfocitos T, que se activan indebidamente y desencadenan muchas respuestas celulares; entre ellas, la dilatación de los vasos sanguíneos de la piel y la proliferación de las células de la epidermis, los llamados «queratinocitos».
Si en un persona sana lo normal es que el proceso de recambio celular de la epidermis se produzca cada 30 días, en las que padecen psoriasis dura solo cuatro, lo que genera la acumulación de células en la capa córnea. Éstas se manifiestan en forma de placas de escamas blanquecinas y descamación exagerada.
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Aparecen, entonces, lesiones cutáneas enrojecidas y recubiertas de escamas blanquecinas de grosor variable. Según detalla Acción Psoriasis, su curso es «caprichoso». Puede desaparecer y volver a aparecer en los mismos sitios del cuerpo o en otros. No existen dos enfermedades iguales. Cada individuo tiene su particular psoriasis y lo que funciona en unos puede que no sirva o incluso vaya mal en otros.
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Uno de los primeros objetivos terapéuticos, según la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), es la corrección de estilos de vida no saludables, desde el alcohol y el tabaco, a la gestión del estrés en la vida diaria. Además, se recomienda realizar ejercicio físico a diario, en ayunas, en la primera hora de sol, y al aire libre y prioriorizar el consumo de fruta, verdura, carne blanca y pescado azul salvaje.
La psoriasis tiene también implicaciones emocionales. «Puede ser una enfermedad devastadora a nivel psicológico, especialmente cuando afecta a zonas visibles como la cara, las manos, o a la zona genital». Un estudio Acción Psoriasis revela, de hecho, que la autoestima del 36% de los pacientes se vio afectada tras el diagnóstico. El 61% de los enfermos cree que la visibilidad de las lesiones puede provocar »rechazo«.
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El picor, las rojeces y las grietas en la piel pueden producir problemas a la hora de conciliar el sueño o tener un descanso reparador y el sexo también se puede verse afectado por la inseguridad que generan las lesiones en las zonas genitales. Recientes estudios plantean que la psoriasis es un factor de riesgo para la depresión y ésta, a su vez, puede provocar o exacerbar la psoriasis.
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