Un hombre fallece tras recibir por error el trasplante de un riñón con cáncer

Parminder Singh Sidhu, padre de familia de 49 años, falleció el pasado mes de marzo, casi un año después de recibir el trasplante de un riñón con cáncer. La intervención quirúrgica, que se llevó a cabo en abril de 2021, había resultado a priori un éxito pero una exploración cuatro meses después reveló la presencia de una lesión en el órgano de un centímetro.

Los médicos pensaron entonces que se trataba de un quiste y no le dieron importancia. Una nueva revisión en diciembre, motivada por los dolores de cadera del hombre, reveló un crecimiento de siete centímetros en el riñón donado. Sufría un cáncer «muy agresivo».

Aunque decidió extirparse el riñón dañado, la enfermedad ya se había extendido a su columna vertebral. Las pruebas revelaron que el cáncer no era linfoma, una complicación que surge en alrededor del 2 por ciento de los trasplantes de riñón porque los medicamentos inmunosupresores impiden que el cuerpo combata las mutaciones celulares. El órgano en sí tenía cáncer.

Según informa el periódico británico 'Daily Mail', otros dos pacientes que recibieron órganos de la misma donante desarrollaron cáncer más tarde. La fallecida había muerto por una lesión en la cabeza por lo que el equipo médico no sospechaba que el órgano estuviera enfermo.

La forense del área oeste de Londres, Lydia Brown, asume que lo ocurrido es una «complicación reconocida pero muy rara». De hecho, solo hay documentados 11 casos en todo el mundo, con una media de 80.000 intervenciones anuales.

«Estamos bastante conmocionados. Incluso en retrospectiva, no pudimos encontrar ninguna razón por la cual este trasplante no debería haberse realizado» explica el cirujano consultor de trasplantes en Imperial College HealthcareNHSTrust, Frank Dor.

El banco de trasplantes británico evalúa a todos los donantes potenciales, recopilando información sobre el historial médico, de viaje y de comportamiento en el momento de la donación y realiza pruebas para detectar algunas infecciones. El cirujano inspecciona visualmente el órgano para determinar su idoneidad para el trasplante, una vez que lo recibe. A pesar de ello, algunos cánceres incipientes resultan indetectables

El hombre, residente en el área oeste de Londres, había desarrollado problemas renales por primera vez a los 30 años y ya había recibido un trasplante en la India sin más complicaciones. Durante el confinamiento había comenzado a sufrir molestias que dificultaban su trabajo como cargador de DHL en Heathrow, por lo que decidió extraer y reemplazar el órgano.

Era, más allá de esto, un hombre sano y sin problemas de salud. Su familia no entiende lo ocurrido. «Mi esposo confiaba mucho en sus médicos. ¿Cómo no se dieron cuenta de esto?», se pregunta su viuda, que siente que ha perdido una parte de su vida tras más de dos décadas juntos.

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