Secciones
Servicios
Destacamos
La vitamina D es una de las más solicitadas en tiempos de pandemia por su capacidad de reforzar el sistema inmunológico y combatir los virus y las bacterias que nos invaden. Especialistas como Juan Carlos Percovich, del Hospital Ruber Internacional, llegan a aegurar que «ahora se sabe que la vitamina D podría actuar como un inmunosupresor inhibiendo el síndrome de liberación de citoquinas en la covid».
Además, la vitamina D es muy importante para el cuerpo por muchas otras cuestiones. Los músculos requieren esta vitamina para el movimiento y ayuda a absorber el calcio de los alimentos, una de las piezas fundamentales de los huesos.
La cantidad óptima para nuestro organismo podemos obtenerla de manera natural: con un poco de sol, ejercicio y dieta sana. La mayoría de los expertos aseguran que una exposición solar diaria de entre 8 a 15 minutos es suficiente para generar la cantidad necesaria que el cuerpo necesita. Pero según el lugar de residencia, la producción de esta vitamina puede bajar o desaparecer casi por completo en invierno pero se pude complementar con la alimentación y el deporte.
Hacer ejercicio también ayuda a mantener niveles óptimos de vitamina D en sangre. Así lo afirma un estudio realizado por investigadores de la Universidad Johns Hopkins en Baltimore, Maryland (EE UU). El estudio fue realizado a más de 10.000 adultos estadounidenses durante casi 20 años. Este sugiere un vínculo «sinérgico» entre el ejercicio y los buenos niveles de vitamina D en la reducción del riesgo de ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares.
Normalmente con una dieta equilibrada dispondríamos de todas las vitaminas necesarias y no habría que aportar suplementos vitamínicos. Algunos alimentos que incluyen vitamina D de forma natural son los siguientes:
- Pescados grasos como el salmón, el atún y la caballa
- Hígado de res
- Queso
- Hongos
- Yema de huevo
También se pueden conseguir otros alimentos reforzados con esta vitamina, lo que puede ser un buen recurso en algunos casos. Son los siguientes:
- Leche y otros productos lácteos, como el yogur
- Cereales de desayuno
- Jugo de naranja
- Bebidas de soja
Más noticias
La ingesta excesiva de vitamina D puede producirnos una elevación de la concentración sérica de calcio (hipercalcemia) y fósforo (hiperfosfatemia) y una calcificación de tejidos blandos como serían los riñones o pulmones.
La suplementación, sólo cuando se demuestre necesaria, tampoco es algo que deba tomarse a la ligera y debe ser consultada con el médico. La presencia en el organismo de un exceso de esta hormona puede resultar tan perjudicial como su carencia. La aparición de cálculos renales –las famosas piedras en el riñón–, depósitos en las arterias –causantes de infartos– y determinadas fracturas están directamente relacionadas con un consumo excesivo de esta hormona.
Por eso, se debe controlar su ingesta y verificar si efectivamente se tiene un déficit de esta vitamina. Los síntomas de una posible intoxicación pueden ser náuseas, vómitos, falta de apetito, estreñimiento, debilidad y pérdida de peso.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Estos son los mejores colegios de Valladolid
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.