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Damián Arienza
Natasha Lee, la revolución del hockey femenino
Premios EL COMERCIO: Deporte

Natasha Lee, la revolución del hockey femenino

Del patio del cole a la élite mundial. Natasha Lee, aquella niña inquieta y enérgica a la que se le daban bien todos los deportes, ha colgado los patines como la jugadora más laureada para continuar su carrera como entrenadora

Carlos Amado y Fran Gayo

Gijón

Jueves, 26 de octubre 2023, 18:02

En el patio del colegio de El Llano, los monitores de las actividades extraescolares se 'pegaban' por fichar a aquella niña risueña y, sobre todo, inquieta y llena de energía a la que todos los deportes se le daban bien. Pero al final fue Fernando Sierra el afortunado y quien la captó para el hockey sobre patines. No podía imaginar entonces que aquella niña se convertiría en una de las mejores jugadoras de la historia de este deporte y la más laureada a nivel mundial, además de en todo un emblema para el club que la vio crecer y para la ciudad que la ha convertido en gijonesa ilustre.

Pero el camino ni ha sido corto ni fácil para aquella niña nacida en Malasia, el país de su padre, en 1988. Natasha llegó a Gijón con seis años junto con su hermano Alexander, cinco mayor que ella, y su madre, Manuela Suárez, tras la separación del matrimonio. La adaptación no fue difícil para una niña de «imaginación desbordante y que no paraba quieta» y que empezó a combinar colegio, deporte y formación musical en el Conservatorio. Superó con éxito hasta cuarto de guitarra, pero al pasar a quinto el tiempo ya no daba para más y, al tener que elegir, optó por el hockey.

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La elección no pudo ser más acertada y el futuro de Natasha quedó ligado al club en el que se formó, el Club Patín Solimar –actual Telecable–, y desde el que contribuyó de manera indiscutible al crecimiento del hockey sobre patines femenino hasta tal punto que en Cataluña, principal cantera de este deporte en España, todavía se están preguntando cómo puede ser que desde Gijón lleven años arrebatándoles títulos nacionales y continentales.

En la pista de La Algodonera, donde la llevaba su madre en coche tras salir del trabajo, Natasha tuvo una progresión fulgurante y su nombre empezó a ser habitual en los titulares de las páginas dedicadas a las competiciones de base como principal artillera de su equipo. Su calidad no pasó desapercibida a nivel nacional y con solo 15 años Natasha debutó con la Selección Española absoluta.

Pero si algo destacan aquellas personas más cercanas a Natasha es que «siempre ha sido una más». Constante, humilde, colaboradora y, sobre todo, compañera son palabras que le dedican quienes han compartido trabajo en la pista con ella, además de amigos y familiares. También es cabezona y siempre lucha por conseguir los objetivos marcados, sin conformarse con menos, pero siempre risueña, con una sonrisa enorme.

Imagen principal - Natasha Lee, la revolución del hockey femenino
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Con el liderazgo de Natasha, el club gijonés dio un salto de calidad innegable y comenzaron a llegar los éxitos en forma de títulos antes inimaginados. El primer campeonato de la OK Liga y la primera Copa de Europa son de 2007. Al año siguiente, Natasha se proclama campeona del Mundo con la Selección Española y en 2009 el entonces Biesca vuelve a proclamarse campeón de la Copa de Europa. Así, con dos títulos continentales y una liga en su palmarés y solo 21 años, Natasha apuesta por aceptar la oferta del Club Patín Voltegrá, entonces considerado el mejor equipo de España.

Un traslado que supuso también tener que cambiar de universidad, puesto que Natasha había empezado la carrera de Fisioterapia en Oviedo, y tener que dejar su casa, algo que su madre, «pese a estar acostumbrada a estar lejos de la familia después de trabajar tantos años fuera», llevó peor que su hija. Sin embargo, reconoce Manuela Suárez que el cambio contribuyó a que Natasha madurada mucho, destacando lo pronto que aprendió catalán, su involucración en la formación de los equipos inferiores y la obtención del título universitario.

Pero además, en Voltegrá, Natasha lo ganó todo en casi una década, sumando a su palmarés cinco ligas, tres copas de la Reina y cuatro copas de Europa. Todo ello jalonado con más de un centenar de internacionalidades con España, con quien conquistó tres mundiales y cinco europeos.

Convertida en referencia de varias generaciones de jugadoras, Natasha regresó a Gijón para contribuir a hacer más grande aún al club donde se había formado y que, durante su estancia en el Voltregrá, había incrementado sus vitrinas con tres copas de la Reina (2012, 2013 y 2016) y tres de Europa (2010, 2012 y 2018). Volvió a marcar la diferencia en el Telecable y contribuyó al crecimiento deportivo de sus compañeras, así como a la formación de los equipos de la base en La Algodonera, una vez más con los atributos que la han caracterizado a lo largo de toda su carrera, tesón, constancia y compañerismo.

Superadas las dificultades de la pandemia, Natasha Lee pasó por momentos difíciles al sufrir varias lesiones, ante las que no tiró la toalla y volvió a demostrar su carácter ganador y persistente para cumplir su objetivo de llevar a su club a lo más alto. Con mucho trabajo, Natasha recuperó su mejor versión y volvió a ejercer el liderazgo que llevó al Telecable a la mejor temporada deportiva de toda su historia, en la que las gijonesas ganaron todos los títulos en disputa: Supercopa, Copa de la Reina, Copa de Europa y Liga, algo inédito en la historia de este deporte.

Pero antes de lograr el pleno de títulos y en vísperas de la semifinales de Copa de Europa fue cuando Natasha quiso avanzar su adiós y anunciar «la decisión más importante y difícil de mi vida». Para ello se abrió el 24 de abril de 2023 una de las zonas nobles del Ayuntamiento de Gijón.

En el salón de recepciones municipal la mejor jugadora de hockey sobre patines de todos los tiempos volvió a dar una lección de su calidad humana al tener solo palabras de agradecimiento a todos los que la habían acompañado en este viaje. Y en ese salón, también emocionada, su madre, que al mirar atrás no duda en asegurar que su mayor orgullo «es la persona en la que se ha convertido Natasha, siempre alejada del conflicto y en busca de lo positivo».

Natasha también prometió volver con todos los títulos «porque me quiero ir a lo grande». Y cumplió. Pudo colgar los patines después de volver al Ayuntamiento tres veces más con los correspondientes trofeos para cerrar una carrera estelar. Y lo hizo como siempre, «siendo una más», sin querer protagonismo.

Cerrada la etapa como jugadora, Natasha confiaba en seguir trabajando con la cantera del Telecable y no había ocultado que, con el objetivo de seguir luchando por la igualdad en su deporte, le gustaría convertirse en la primera mujer al frente de un equipo de la OK Liga masculina. Sin embargo, a finales de junio el club de toda su vida le ofreció coger las riendas del equipo que acaba de dejar.

Esta circunstancia coloca a Natasha ante un reto mayúsculo, ya que dirigir un conjunto que ha ganado todos los títulos en disputa en una temporada no se puede mejorar, como mucho igualar. Pero lejos de achicarse, Natasha ha vuelto a dar muestra de su carácter y esta temporada se estrena como entrenadora del Telecable Hockey Gijón.

Y el debut no ha podido tener mejor resultado y Natasha ha inaugurado su palmarés como entrenadora con la conquista en Cubelles (Barcelona) de la Supercopa de España de este nuevo curso, que además se convierte en el quinto título consecutivo para el equipo fabril, todo un hito en la historia del hockey sobre patines y del deporte asturiano.

Con la misma sonrisa con la dio sus primeros pasos en este deporte en el patio del colegio, Natasha inicia esta etapa de la mejor forma posible, dirigiendo a sus excompañeras hacia lo más alto.

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