Coronavirus | Máxima higiene, la clave para la convivencia con alguien en cuarentena

El Ministerio de Sanidad ha editado una guía de «manejo domiciliario» tanto para los positivos confirmados de COVID-19 como para otros casos que se consideren probables o estén en investigación. Estas personas deben permanecer en una habitación diferente al resto y mantener con ellos un contacto mínimo, utilizando para comunicarse intercomunicadores o teléfonos móviles. En particular se debe evitar el contacto directo con los fluidos corporales, especialmente los orales, las secreciones respiratorias y las heces. No se deben compartir objetos de uso personal como cepillos de dientes, vasos, platos, cubiertos o toallas.

Hasta el final del aislamiento, la persona en cuarentena tendrá su puerta cerrada y, en caso de que fuera imprescindible, utilizará mascarilla quirúrgica e higienizará sus manos al salir de la habitación. Las zonas comunes tendrán que mantenerse bien ventiladas. Además el paciente debe lavarse con frecuencia las manos con agua y jabón o con soluciones hidroalcohólicas, especialmente después de toser o estornudar o manipular pañuelos que haya usado para cubrirse al toser. Todos los residentes deben hacer lo propio después de cualquier contacto con el enfermo o su entorno inmediato.

Si la persona confinada es una madre lactante, se desaconseja la lactancia hasta que la enfermedad sea descartada o confirmada. En este último caso, deberá seguir las indicaciones del personal sanitario, llevar una mascarilla cuando esté cerca del bebé y realizar una cuidadosa higiene de manos antes de cualquier contacto con él.

Los familiares o convivientes realizarán «autovigilancia» de la aparición de síntomas de infección respiratoria aguda como fiebre, tos, dolor de garganta y dificultades para respirar y si aparecieran consultarán con los servicios de salud. Como medidas de protección específicas para cuidadores, el Ministerio de Sanidad señala que sea una única persona quien proporcione atención al paciente y que esta no tenga factores de riesgo de complicación para el COVID-19 (enfermedades crónicas cardíacas, pulmonares, renales, inmunodepresión, diabetes o embarazo).

El cuidador deberá extremar las medidas de precaución cada vez que entre en contacto con la persona contagiada o con sus fluidos. Tendrá que llevar mascarilla quirúrgica (que no hay que tocar ni manipular mientras esté puesta, cambiará si se moja o se mancha de secreciones y desechará en un contenedor de residuos con tapa) y guantes desechables (para cualquier contacto con las secreciones del enfermo) y se lavará las manos frecuentemente con agua y jabón o solución hidroalcohólica tras cualquier contacto con el enfermo o con su entorno inmediato.

La ropa de cama y toallas de las personas enfermas se lavarán con jabones y detergentes habituales a entre 60 y 90 grados y se dejará secar completamente. Hasta el momento de lavarla se colocará en una bolsa con cierre hermético y se evitará sacudirla. Cualquier residuo del paciente, así como guantes y mascarillas, se tirarán dentro de la habitación en un cubo de basura con tapa y pedal, en una bolsa con cierre hermético. Los cubiertos, vasos, platos y demás utensilios reutilizables se lavarán con agua caliente y jabón, o preferiblemente en el lavavajillas.