En las últimas décadas no paran de crecer los problemas de salud relacionados con las TIC Fotolia
Estrés tecnológico

El tecnoestrés, cómo saber si se padece y cómo evitarlo

El uso de la tecnología ha facilitado la vida en muchos aspectos, sin embargo, también afecta directamente a la salud elevando el nivel de estrés en muchas personas sin que se den cuenta

Miércoles, 23 de noviembre 2022, 02:21

Hoy en día utilizamos la tecnología para casi todo, son muchos los trabajos que se han visto modificados y en los que las tecnologías de la información y comunicación, conocidas como TIC, juegan un papel cada vez más importante.

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La dificultad para desconectar, la sobreinformación a la que se está expuesto y la inmediatez que proporcionan y exigen este tipo de medios, son algunos de los motivos por los que en las últimas décadas los problemas de salud relacionados con las nuevas tecnologías no paran de crecer.

El tecnoestrés

¿Qué es el tecnoestrés?

Aunque solo con su nombre ya podemos hacernos una idea bastante clara de lo que es, el Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSHT) define esta dolencia como «el estrés específico derivado de la introducción y uso de nuevas tecnologías en el trabajo, que conlleva efectos psicosociales negativos derivados del uso de las TIC». Un concepto que viene de lejos ya que el primero en poner el foco sobre este problema fue el psiquiatra Craig Brod en 1984 a través de su libro Technostress: The Human Cost of the Computer Revolution.

Una dolencia que según ha ido ganando terreno el uso de los smartphone, las redes sociales o el teletrabajo, ha ido aumentando a pasos agigantados, hasta el punto de derivar en tres tipos específicos: la tecnoansiedad, la tecnofatiga y la tecnoadicción.

El primero de ellos es el más frecuente y el más esperado, es la ansiedad que se manifiesta, tanto física como mentalmente, en el individuo ante el uso de la tecnología en el entorno laboral.

La tecnofatiga se refiere al cansancio mental que le provoca a una persona el uso de la tecnología, de las herramientas TIC. En este apartado tiene también cabida el conocido como 'Síndrome de la fatiga informativa' que provoca el bombardeo constante de información al que estamos expuestos en el mundo online.

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Y por último el mayor riesgo, la tecnoadicción, es decir, el uso compulsivo de las tecnologías, ser incapaz de desconectar de ellas. Esta necesidad de estar pegado constantemente al teléfono o siempre a la última en todas las novedades que haya en este ámbito. Hay personas que no saben organizar su vida sin la tecnología y esto es un serio problema.

Síntomas del tecnoestrés

Da igual el tipo de tecnoestrés que se padezca, hay una serie de síntomas que comparten todos como la fatiga visual, problemas de sueño, molestias musculares, trastornos gastrointestinales o el dolor de espalda tan típico de las malas posturas.

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Además de las señales de alerta físicas, hay otras como las discusiones con la pareja por el uso de las nuevas tecnologías, la cantidad de horas que uno se puede pasar pegado a las pantallas y que deja poco tiempo para hacer más cosas, o la necesidad de tener que mantenerse conectado permanentemente.

Otros síntomas que puede provocar esta dolencia son la ansiedad, la depresión, mayor irritabilidad o problemas de concentración y memoria.

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No ser capaz de desconectar de las pantallas es una importante señal de alerta Fotolia

Qué hacer para evitarlo

La mejor manera de evitar padecer tecnoestrés es tratando de tener unos hábitos saludables principalmente, en lo que al uso de la tecnología se refiere.

Un gesto tan sencillo como desactivar las notificaciones de las apps es una buena manera de evitar distracciones innecesarias. Básico también es una buena organización, planificar los momentos de trabajo, lo que se va a hacer en cada uno y, en ese momento, mantener lo más lejo posible el teléfono.

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Otra buena forma de mantener alejado el estrés tecnológico es tener un tiempo delimitado, a ser posible dentro del tiempo de ocio, para utilizar las redes sociales, sin dejar que absorban a uno. La mejor manera de acabar con distracciones innecesarias es apagar el smartphone cuando sea posible o ponerlo en modo avión, por ejemplo, a la hora de irse a la cama para que no interfiera en el descanso.

Si el problema es que no se sabe utilizar algún programa y eso acaba generando una situación de ansiedad o agobio, lo más sencillo es pedir a alguien que nos explique el funcionamiento para que la frustración no vaya a más.

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Por supuesto, el deporte, descansar correctamente y dejar tiempo para la vida social (lejos de las pantallas), serán unos buenos aliados para mantener alejado el tecnoestrés.

Finalmente, si uno es consciente de que padece esta dolencia y no es capaz de ponerla a raya, es recomendable pedir ayuda a un profesional para superarla cuanto antes y tener una relación «sana» con las nuevas tecnologías que tanto pueden ayudar en el día a día, tanto en el entorno laboral como personal.

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