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ALEJANDRO L. JAMBRINA
AVILÉS.
Jueves, 2 de abril 2020, 01:18
Durante las últimas semanas, las farmacias de Avilés han incrementado de forma exponencial las ventas de material de protección sanitario como guantes, geles hidroalcohólicos, mascarillas, que hace semanas que están agotadas, o termómetros, medicamentos relajantes para dormir y, sobre todo, paracetamol para hacer frente a ... esta situación excepcional provocada por la crisis sanitaria del coronavirus.
Estos son los productos más solicitados desde que se decretase el Estado de Alarma y las farmacias tienen que hacer frente a una demanda que en ocasiones les sobrepasa. Sin embargo, los farmacéuticos consideran que a pesar de ser una de las primeras líneas de batalla contra la pandemia del coronavirus, no sienten que se esté valorando adecuadamente su trabajo y los servicios extra que ofrecen estos días, ni que se estén poniendo a su disposición todos los medios suficientes para asegurar su propia seguridad y la de todos sus clientes.
Parecer ser una opinión generalizada que confirma, entre otros, Jaime Ortega-Meder, responsable de la farmacia de la calle Pruneda. «Tenemos un serio problema de suministro con elementos de protección tan importantes como las mascarillas», asegura. «Desde el Gobierno central han manifestado en reiteradas ocasiones que consideran que no son estrictamente necesarias en las farmacias y que hay que priorizar su uso en centros hospitalarios. Claro que allí son muy importantes, pero si los farmacéuticos empezamos a contagiarnos y cerramos las farmacias se generaría una situación muy grave que acrecentaría esta crisis sanitaria», añade este profesional.
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En su farmacia van llevando la situación de emergencia como pueden. Son seis empleados y ahora hacen turnos de dos en dos «para que los farmacéuticos nunca coincidan, por seguridad». En cuanto a los productos más solicitados por sus clientes durante la crisis sanitaria, «podemos destacar el paracetamol, aunque la verdad es que también viene muchísima gente buscando productos como guantes, que ya no nos quedan», lamenta Ortega-Meder.
Como dato curioso, este profesional también reseña que han tenido que dejar fuera de servicio la báscula de la farmacia durante estos días «porque venía mucha gente solo a pesarse, no sabemos muy bien si era una excusa para salir de casa o realmente están preocupados por controlar su peso durante el tiempo que dure el confinamiento», reflexiona el profesional.
El trabajo de información que realizan los farmacéuticos también está siendo fundamental estos días. «Los centros de salud están saturados y muchos clientes nos hacen las consultas directamente a nosotros, lo que nos supone un esfuerzo extra pero permite descongestionar los centros sanitarios», puntualiza José Vicente Sánchez, farmacéutico titular en la farmacia de La Carriona.
El volumen de clientes allí es elevado, «aunque no notamos que haya aumentado en exceso con la crisis sanitaria, lo que notamos más es que se espacia la llegada de clientes y hay un goteo constante durante todo el día», reconoce. El aumento de las consultas también se debe al cierre del centro de salud del barrio, cuyos servicios ahora se han centralizado en centro de salud de La Magdalena «y antes de ir hasta allí nos preguntan a nosotros y ayudamos a filtrar y derivar correctamente a los pacientes».
En La Carriona también sufren los problemas de suministro de mascarillas y material de seguridad. «Los empleados tenemos una por cabeza que hemos conseguido gracias a la Cooperativa Farmacéutica Asturiana (Cofas) y a contactos personales, cuando lo ideal sería poder tirarlas tras su uso», explica Sánchez.
A pesar de todos estos inconvenientes y problemas logísticos, los farmacéuticos avilesinos reconocen que sus clientes están concienciados con la situación y siguen las medidas de seguridad oportunas cuando acuden a hacer sus compras. «Es cierto que los primeros días la gente vino un poco a comprar un montón de cosas por la incertidumbre que se generó, pero ahora todo se ha estabilizado», asegura Antonio Fernández Veiga, responsable de una de las farmacias de la avenida de Alemania.
«Es curioso que vienen a comprar muchos termómetros porque a veces no se fían de un solo resultado Y también ha aumentado la venta de productos relajantes que ayudan a conciliar el sueño, supuestamente para combatir situaciones de estrés durante el encierro», añade Veiga.
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