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Empleados de un negocio floral, en el polígono del Espíritu Santo. PABLO LORENZANA

Coronavirus | Las empresas asturianas afrontan una situación «bastante compleja»

La producción continuó en las plantas y los polígonos estuvieron «concurridos» para solucionar temas administrativos

P. LAMADRID

gijón.

Martes, 17 de marzo 2020, 02:49

Las empresas asturianas vivieron ayer la primera jornadadesde la entrada en vigor del estado de alarma con incertidumbre. No obstante, la actividad continuó a pesar de las limitaciones impuestas por la coyuntura actual, en la que las medidas de prevención ante el coronavirus son imprescindibles. La premura del decreto, con un fin de semana de por medio, complicó la situación y provocó escenarios de inquietud entre las plantillas de algunos centros de trabajo.

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El director general de la Federación Asturiana de Empresarios (Fade), Alberto González, confirmó que la jornada fue «bastante compleja», con numerosas dudas entre la patronal, sobre todo referidas al certificado que deben portar los empleados para desplazarse a su centro de trabajo y a los trámites necesarios para la presentación de un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) que, avanzó, numerosas compañías se verán obligadas a aplicar ante la suspensión de la actividad. También hubo incertidumbre sobre las medidas sanitarias que hay que adoptar, a lo que se sumó la dificultad de las empresas para conseguir los productos necesarios.

En Fade, apuntó González, existe una «gran preocupación» por las repercusiones de esta emergencia sanitaria. Tanto es así que, de las 400 empresas que respondieron al cuestionario enviado por la federación, «la mitad afirma que su facturación ha caído entre un 25% y un 35%». Por su parte, el presidente de la Federación de Empresarios del Metal y Afines del Principado (Femetal), Guillermo Ulacia, apuntó que «aún es muy pronto para saber si hay incidencias reseñables por el estado de alarma».

Aunque pueda resultar paradójico, los polígonos estuvieron «más concurridos de lo habitual». Esta fue la apreciación del presidente de la Federación de Áreas Empresariales de Asturias (Áreas), Pablo García-Vigón. Una mayor actividad debida, sobre todo, a cuestiones de organización. «Tanto para cerrar como para seguir, es necesario realizar trámites», apuntó, desde reuniones con los trabajadores hasta múltiples gestiones burocráticas.

En su opinión, los empleados de las empresas asentadas en los polígonos asturianos estaban «muy mentalizados, tanto los de sectores que ya contaban con aplicar un ERTE como los que no», por lo que no hubo sensación de falta de certezas sobre los pasos que había que seguir. Como el decreto del Gobierno establece la prohibición de mantener la actividad al comercio minorista -salvo contadas excepciones- y la hostelería, las plantas pudieron seguir con cierta normalidad.

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Por su parte, en la construcción también hubo estabilidad una vez que se tuvo la seguridad de que la actividad estaba permitida. Extremo que comunicó la patronal del sector, CAC-Asprocon, que informó de que Delegación del Gobierno lo había confirmado. No obstante, la organización aconsejó a sus asociados planificar «un plan de turnos para los empleados dedicados a la producción con el objetivo de minimizar los contactos».

Cierre de comedores

En Arcelor, la actividad productiva continuó al mismo ritmo y tampoco hay problemas en el suministro de materias primas, según explicaron fuentes de la empresa. Además, la multinacional siderúrgica cuenta con un plan de acción para tratar de frenar la expansión del coronavirus. Unas medidas que «se están reforzando». De hecho, Arcelor acordó que, desde hoy, los comedores de empresa permanecerán cerrados y se ha intensificado la limpieza en los puestos de trabajo. Además, se ha introducido un cambio organizativo, de modo que el personal con jornada normal partida pasa a continua, es decir, de 8 a 16 horas, para minimizar el riesgo de contagio.

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Esta implementación de más medidas higiénicas por parte de Arcelor se produce después de que el comité de empresa instara a la compañía a hacerlo, ante las que consideraban graves deficiencias. Tras una reunión celebrada el domingo, Arcelor se comprometió a mejorar las condiciones sanitarias, aunque recalcó que no había motivo para detener la producción, como solicitaban los sindicatos. El comité de empresa, mientras, afirmó que respaldará a los trabajadores que decidan parar si consideran que no se dan las condiciones higiénicas necesarias. Sin embargo, CC OO decidió interponer una denuncia ante Inspección de Trabajo por una «total y clara responsabilidad» de la empresa al negarse a interrumpir la actividad y aplicar el ERTE.

También hubo protestas en otras compañías, como en varias de telecomunicaciones y en entidades bancarias. En la planta que Astilleros Armón posee en Gijón, un grupo de trabajadores denunció la falta de medidas higiénicas y llamó a la Policía. El consejero delegado de Armón, Laudelino Alperi, subrayó que los agentes no encontraron razón alguna para detener la actividad. Además, aseguró que la empresa tiene un protocolo diseñado para contener la expansión del coronavirus. No obstante, «los empleados tienen libertad total para cogerse descanso o vacaciones», señaló.

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Alu Ibérica, por su parte, efectuó la labor diaria «con normalidad bajo un plan de contingencia y con un estricto paquete de medidas orientadas a proteger al máximo posible la salud de los empleados», según explicó una portavoz de la antigua Alcoa. En Asturiana de Zinc también discurrió la jornada dentro de la estabilidad, al igual que en Asturiana de Laminados, que adoptó un «paquete de medidas extraordinarias para evitar que se originen consecuencias irreversibles».

Otras compañías redoblaron sus esfuerzos ante el COVID-19. Es el caso de TSK, que autorizó el teletrabajo de los empleados de sus centros corporativos en Gijón, Madrid y Vitoria, que suman más de 500 personas. Así, personal de ingeniería, servicios corporativos, compra y gestión de proyectos disponen del equipamiento y comunicaciones para poder trabajar a distancia. También Bayer implantó medidas extra en su planta de Langreo, que sigue produciendo sin alteraciones gracias a la coordinación de los grupos de trabajo.

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