Coronavirus | El Gobierno impone el cierre de Madrid contra la opinión de Ayuso y con el apoyo de Asturias

Illa recurre a una orden ejecutiva para imponer su plan. El Gobierno asturiano considera que «llega tarde» para algunos

MELCHOR SÁIZ-PARDO

MADRID.

Jueves, 1 de octubre 2020, 01:06

'Manu militari', aunque no exista el consenso que quería Salvador Illa, y cuarentena para 5 millones de madrileños. El Gobierno impondrá de forma inminente -«en los próximos días»- el confinamiento perimetral de la ciudad de Madrid y de los nueve grandes municipios de ... su cinturón, a pesar del rechazo frontal de la medida por parte del Ejecutivo de Isabel Díaz Ayuso. Y no solo, también con la negativa de varias comunidades del PP y de Cataluña a avalar este proyecto para obligar a confinar a las grandes ciudades de España de más de 100.000 vecinos si, entre otros índices, las tasas de incidencia acumulada (IA) del virus en esos núcleos se desbocan por encima de los 500 casos por cada 100.000 habitantes.

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El Principado votó a favor en el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud de ayer, porque no quiere ser «la excusa» para que otras comunidades no cumplan, pero ve muchos flecos en «un acuerdo de medidas mínimas, en unas circunstancias ya demasiado extremas», que según el consejero de Salud, Pablo Fernández, «llega tarde» para algunos. Además, al Gobierno asturiano no le gustó «que se presentara una especie de acuerdo bilateral entre una comunidad -Madrid- y el Ministerio» e insistió en que las decisiones que afectan a todos han de tomarse «en el órgano correspondiente».

Madrid, Cataluña, Andalucía, Galicia, Murcia y Ceuta, por su parte, votaron en contra del proyecto exprés de Sanidad para poner en cuarentena a la Comunidad de Madrid y acabar de una vez por todas con semanas de guerras abiertas en Ayuso y Pedro Sánchez. La falta de unanimidad en este foro solo tuvo consecuencias estéticas porque a Sanidad le bastaba con que el documento fuera aprobado por mayoría, aunque ésta fuera exigua, para hacerlo ejecutivo, según establece el Plan de Respuesta Temprana aprobado después del fin del estado de alarma para gestionar los rebrotes de las nueva normalidad y la Ley de Cohesión Sanitaria.

«El acuerdo ha sido aprobado con amplia mayoría y por tanto constituye una decisión colegiada del Sistema Nacional de Salud. Lo han aprobado el 70% de los participantes», destacó Illa. «En los próximos días se publicará el acuerdo en forma de orden del Ministerio de Sanidad en el BOE», garantizó el ministro, al tiempo que recordó a Ayuso que esta disposición será «vinculante» para todas las comunidades.

El ministro se llevó ayer una desagradable sorpresa, empezando por el hecho de que la propia Isabel Díaz Ayuso se había desmarcado del acuerdo que horas antes su número dos, Ignacio Aguado, había alcanzado con el propio Illa. La estupefacción del titular de Sanidad fue 'in crescendo' cuando constató que la Generalitat se había unido a buena parte de las comunidades gobernadas por el PP para hacer una pinza con el fin de no entregar el control de la pandemia en las grandes ciudades al Gobierno central. Solo las autonomías del PSOE, más el País Vasco y el Gobierno popular de Castilla y León votaron a favor.

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Confuso y aturullado

Aunque solo algunas comunidades del PP y Cataluña se opusieron al plan, lo cierto es que el proyecto no convenció a ninguna comunidad al 100%. No tanto por el contenido, sino por las formas, lo confuso y lo aturullado de todo este proceso. Al final, lo que iba a ser poco más que un ardid jurídico para forzar a Madrid a confinar a sus ciudades más castigadas por el virus, acabó por convertirse en un improvisado manual contra la segunda oleada de la covid.

Y es que el plan redactado contrarreloj por Sanidad, obviamente, afecta de lleno a la Comunidad de Madrid con la prohibición de salida de los municipios de mayor incidencia y limitaciones de aforo en comercio y hostelería, principalmente, pero también obligará al resto de autonomías a estar muy vigilantes porque, como le va a ocurrir a Madrid, solo tendrán 48 horas para cerrar sus grandes ciudades de más de 100.000 vecinos en el caso de que éstas sobrepasen las tres temidas barreras: los 500 casos de incidencia acumulada cada 100.00 habitantes; una positividad en las PCR superior al 10%; y una ocupación de enfermos de la covid en las UCI superior a 35%.

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El documento de Sanidad, que el Gobierno de Pedro Sánchez pretende en erigir sobre la marcha en un nueva guía para esta nueva normalidad plagada de rebrotes, deja de facto en papel mojado los otros planes elaborados por el Gobierno tras el fin del estado de alarma y que prometían a las comunidades total autonomía.

En esencia, este nuevo protocolo copia el concepto de 'confinamiento light' inventado por el Gobierno de Ayuso hace unos días para los distritos madrileños más azotados por la pandemia; entierra las confusas zonas de salud como unidad de cuarentena; y apuesta por el gran aislamiento perimetral de los municipios más afectados, llegado el caso. Ciudades que serán sometidas a confinamientos mucho menos severos que los del estado de alarma.

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Por ahora, la orden de Illa tendrá su traducción inmediata en el confinamiento de casi 5 de los 6,7 millones de habitantes con los que cuenta la comunidad de Madrid. Son los vecinos de las diez grandes ciudades de la comunidad: Madrid (3.266.126 habitantes), Móstoles (209.184), Alcalá de Henares (195.649), Fuenlabrada (193.700), Leganés (189.861), Getafe (183.374), Alcorcón (170.514), Torrejón de Ardoz (131.376), Parla (130.124) y Alcobendas (117.040).

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