![Largas colas en uno de los supermercados de Gijón.](https://s1.ppllstatics.com/elcomercio/www/multimedia/202003/13/media/cortadas/supermercados%20(3)-U1005129317497dE-U1005195348173AD-1248x770@El%20Comercio-ElComercio.jpg)
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lucía r. lorenzo / alberto arce / C. del río
Viernes, 13 de marzo 2020, 11:34
La decisión del Principado de haber clausurado los centros educativos se ha reflejado esta mañana en todas las localidades asturianas. Esta medida se adopta para evitar la transmisión del nuevo coronavirus -en estos momentos hay 68 casos confirmados de los que 66 se encuentran activos- y se extenderá durante 14 días revisables. Las calles vacías, sin atascos ni en la carretera ni en la entrada de los colegios en las horas punta cuando los familiares llevan a los niños a clase o bien acuden en transporte escolar. Tampoco había tránsito de autobuses desde diferentes puntos de la región, que utilizan los estudiantes universitarios para llegar a sus respectivos campus.
El presidente del Principado, Adrián Barbón, hacía ayer una llamada a la «responsabilidad social» tras la suspensión de las clases presenciales para evitar aglomeraciones en las calles y en espacios cerrados. «De como lo hagamos todos dependerá que esto no vaya a más. Debemos intentar que no se genere el colapso del sistema sanitario» , destacó en rueda de prensa.
Sin embargo, la otra cara de este parón del tráfico, el descenso del uso del coche y transporte público, ha ocurrido en los supermercados. Desde primera hora de mañana numerosas personas han acudido a los comercios y grandes superficies para hacer compra de cara al fin de semana. En las estanterías continúa escaseando el papel higiénico, se han vendido sobre todo tarros de tomate, atún, siguen escaseando los guantes de látex y se ha incrementado notablemente la compra de lejía. Entre los productos que no se encuentran todavía es el desinfectante de manos. La imagen antes de cruzar las puertas es de largas colas en las cajas y todas ellas abiertas. Estas son las primeras imágenes producidas tras el incremento del número de casos de contagio del nuevo coronavirus, el cierre de todos los centros educativos, suspensión de actividades de todo tipo -desde culturales hasta deportivas- y la expectativa de los ciudadanos ante la posible adopción de nuevas medidas de contención para evitar un pico del virus.
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En Oviedo, por ejemplo, los estantes y frigoríficos de las principales cadenas de alimentación se muestran 'arrasadas'. Papel higiénico, lácteos y comida precocinada son los productos más demandados en este momento y las colas en cajas, la imagen más común.
La situación viene siendo habitual durante los pasados días desde que el número de pacientes confirmados ha comenzado a aumentar en la región. La Administración ha llamado a la ciudadanía a que permanezca en sus casas, y ha habido quien se lo ha tomado de forma literal. «Tengo que llenar la nevera, no sabemos cuánto va a durar esto y tengo miedo a quedarme sin comida en casa», ha manifestado, a la salida de una de las marcas de supermercados más conocida del panorama nacional, Trini Fernández. «Llevo una compra de unos 70 euros», ha explicado.
La fiebre por llenar la despensa también ha llegado a los comercios de barrio. En La Frutería, regentada por Julia Muñiz en la calle Bermúdez de Castro, «el que compraba un kilo de manzanas ahora compra cuatro, me llegan clientes que ni conocía y, aunque algunos dicen que no, la gente estos días está comprando de otra forma, mucho más», ha relatado tras el mostrador del establecimiento. «Tenemos existencias, no nos preocupa», ha admitido. «Yo no voy a poder aguantar en casa tantos días seguidos», aseguraba una cliente de la tienda.
También Avilés se ha despertado hoy tarde y progresivamente. Sin centros educativos en funcionamiento, apenas ha habido tráfico a primera hora de este viernes, pero la ciudad ha ido recuperando el pulso poco a poco. Se aprecia menos gente en la calle y en las cafeterías, también en las tiendas, salvo en las de alimentación y los supermercados. Pero no es una ciudad vacía. La petición de confinamiento en casa lanzada por las autoridades ha llevado a los avilesinos a arrasar con las existencias de algunos productos no perecederos y, sobre todo, higiénicos. Un fenómeno que tendrá que ser estudiado cuando se supere esta situación excepcional provocada por el coronavirus.
La alta afluencia de clientes en los supermercados lleva dándose toda la semana, pero ayer quizás se marcó un punto de inflexión. Las colas en establecimientos como el de la calle Leopoldo Alas Clarín, a las siete de la tarde, una hora en la que no suelen producirse, era significativa. Hubo hasta cinco minutos de espera para el aparcamiento subterráneo, las baldas de productos higiénicos y de limpieza estaban casi vacías, la frutería, también. «He tenido que comprar yuca, nunca la he cocinado, pero como no hay patatas....», manifestaba Concha Alonso, una clienta que acudió al comercio tras escuchar a sus compañeras de trabajo hablar del tema. En su empresa están todavía organizándolo para trabajar desde casa.
Los que no pudieron hacerlo ayer por la tarde o terminaron de concienciarse sobre la necesidad de reducir la vida social han madrugado hoy. En supermercados y fruterías de la calle Marcos del Torniello había esperas antes de la hora de apertura, en otros de la calle Juan XXIII numerosas baldas seguían semivacías porque «no nos ha dado tiempo a reponer» y tanto en el supermercado del Atrio como en el que hay frente a la Pista de la Exposición, las colas han sido una constante. Más contenida ha sido la compra en fruterías, pescaderías y carnicerías, aunque algunos comercios sí han apreciado compras mayores con vistas a congelar.
En los colegios la situación era paradójica. No hay alumnos, pero los profesores han tenido que ir. Muchos confiesan que hay un tremendo «malestar» y «confusión», aunque las direcciones de los centros contactadas por este periódico solo hablan de «comprensión» y «organización». Según han explicado, se encuentran preparando el trabajo y los calendarios para poder trabajar con los alumnos a través de plataformas online. En estas dos semanas no se puede adelantar materia, por lo que se dedicarán a repasar el contenido impartido. «Tratamos de seguir las recomendaciones y dejar un metro entre nosotros y estamos a la espera de nuevas indicaciones», ha confirmado el director del Colegio Público Llaranes.
La pregunta que se hacían esta mañana los poco parroquianos de barra de bar era si esta prudencia de la que hoy han hecho gala avilesinos, y españoles en general, se logrará mantener. «El primer día, vale; y el segundo y el tercero, pero quiero ver yo qué pasa al quinto», se preguntaba un hombre que ignorando las recomendaciones salió a tomar algo al bar.
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