Secciones
Servicios
Destacamos
MARLA NIETO
gijón.
Viernes, 3 de abril 2020, 00:39
Los vendedores ambulates se ven «en un callejón sin salida» debido a la crisis sanitaria que atraviesa la región. Así lo confiesa el presidente de la Cooperativa del Principado, José Ramón Jiménez. Una entidad que aglutina a 55 comerciantes del sector de todo ... Asturias, encargada también del mantenimiento del Rastro dominical gijonés.
«No sabemos qué va a suceder. Somos autónomos, nos siguen cobrando, pero no podemos vender en los mercados porque no nos dejan», lamenta. Esta cooperativa, que se fundó en 1992, tiene un carácter más bien social, es decir, acoge a personas que están en una peor situación que otros vendedores ambulantes: «Fuimos pioneros en este tipo de cooperativa. Trabajamos con aquellos que económicamente est más perjudicados, para echarles una mano».
Después de casi 30 años, dice José Ramón, «nunca vivimos nada parecido. Los socios no pueden pagar las cuotas si no venden. No sé si tendré que cerrar».
Aún teniendo la suerte de recibir bonificación por parte del Ministerio de Trabajo por el hecho de ser cooperativa, se ven apurados. Los vendedores que forman parte de esta entidad se dedican, en su mayoría al sector textil y al calzado, no tienen la pequeña ventaja de los que comercializan alimentos.
«Agobiante» es la palabra que elige para definir cómo lo están pasando algunas familias, pues asegura que le llama gente que hasta tiene problemas para alimentarse. Agradece al Principado que hayan adelantado el salario social, «pero con 400 euros y sin mercadillo no vive una familia grande. Ayudan a las macroempresas para que no se pierda el empleo, pero no a los más pobres», señala.
Por su parte, los 60 vendedores que componen el Mercado Artesano y Ecológico continúan produciendo. Eso sí, mucho menos que antes. Aprovechan este tiempo para crear material, y quienes se dedican a la alimentación continúan distribuyendo a menor escala. Javier Ruiz, coordinador de este mercado, se muestra optimista: «Entiendo que en el mes de junio la actividad ya se habrá reanudado. En mayo irá escalando. Creo que vivimos en una región que no está tan drásticamente afectada como otras del país, por eso pienso que no siendo un problema sanitario tan gordo como en otras zonas, nos podremos mantener. Prefiero ver el vaso medio lleno, el bicho no va a vencer a los artesanos ni al mercado de la plaza Mayor gijonesa». Ver todo negro, dice, «bloquea para seguir adelante. Hay que ponerle ilusión y esforzarse. Supongo que tendremos que apretarnos el cinturón más que antes».
La empresa familiar de Sariego La Saregana, especialista en productos lácteos, ha experimentado una caída en la producción del 60%, y un 80% en las ventas. «Nuestros principales clientes son hosteleros, y como tuvieron que cerrar, nos repercute a nosotros». Han tenido que buscar alternativas que van más allá de las tiendas pequeñas de ultramarinos. Subieron a las redes sociales sus productos y la gente empezó a contactarles: «Nos llamó mucha gente, incluso personas que no conocíamos. Ahora, además de hacer los repartos habituales, muchos de ellos en Gijón, también distribuimos a domicilio», explicó la titular del negocio, Yaiza Rimada.
Lo mismo ocurre con Embutidos El Pedregal, de Bimenes. Ellos también notan la bajada, pero creían que sería peor: «Vendemos un 30% menos porque ya no tenemos a los clientes hosteleros, pero no nos podemos quejar», confesó la gerente, Agustina García. Ahora las tiendas de los pueblos les compran muchos más productos que antes.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.