Los comités de Arcelor anuncian paros si la empresa mantiene el ERTE de fuerza mayor

Los representantes de los trabajadores en Asturias mantuvieron esta mañana una reunión con la dirección de la empresa en la que Arcelor les trasladó de forma local la decisión que ayer ya había comunicado a nivel nacional: la solicitud de ERTE de fuerza mayor para sus 67 centros de trabajo en España, incluidos los de la región. El expediente afecta a toda la plantilla, unos 8.500 empleados en España, de los que 5.500 están en el Principado. No obstante, el personal afectado finalmente no será todo, sino que la aplicación se irá modulando según las necesidades de cada instalación. En las plantas asturianas podría rondar el mitad de los trabajadores.

Los sindicatos, como ayer ya habían avanzado, se oponen de forma tajante a esta decisión, que consideran «unilateral y desproporcionada», y censuran que se haya tomado sin ningún tipo de negociación. Como se trata de un ERTE de fuerza mayor, será la Administración la que tenga la última palabra para aprobarlo o no. Ante esta situación, los comités han acordado denunciar a la Inspección de Trabajo las posibles irregularidades en la aplicación del ERTE, el despido de personal eventual con contrato en vigor y también la falta de cumplimentación de las plantillas pactadas. Asimismo, diseñarán un calendario de movilizaciones con paros a partir del 20 de abril si la empresa no da marcha atrás y retira el ERTE y cesa en los despidos de eventuales.

El ERTE de fuerza mayor que ha presentado la empresa tiene unas condiciones mucho peores para la plantilla que el vigente en la compañía, negociado con los sindicatos y que se va renovando desde 2009. De ahí el gran malestar entre los representantes de los trabajadores que pidan que se recurra al actual. La empresa anunció que complementará la prestación de la Administración, que supondría alrededor de un 40% de la remuneración media, hasta el 70% del salario bruto, sin pagas extra ni vacaciones, lo supone una merma muy importante. Según cálculos de CC OO, la medida adoptada supondrá una rebaja salarial de entre 500 y 600 euros mensuales con respecto a trabajar normalmente y de entre 300 y 400 en relación al ERTE actual, que contempla mantener alrededor del 94% de la remuneración.

Desde la declaración del estado de alarma, unos 2.000 trabajadores de Arcelor en Asturias habían dejado de trabajar, o bien acogiéndose al ERTE o recurriendo a licencias y otro tipo de medidas de flexibilidad. La cifra, sin embargo, crecerá a partir de esta semana –podrían rozar los 3.000–, tras detener ayer el horno alto «A» –hoy se está procediendo a vaciarlo por completo de arrabio– y se reduzca aún más la actividad en la acería de Avilés.

No obstante, a partir del lunes, algunas de las líneas podrían retomar la producción, una vez finalizada la «hibernación» de las actividades no esenciales decretada por el Gobierno. Aunque es improbable que la multinacional eleve su actividad, ante la casi parálisis general de los sectores a los que suministra acero.

De hecho, Arcelor calcula que esta crisis se extenderá mucho más allá del estado de alarma, por ello, ha pedido ya a los sindicatos la apertura de una nueva negociación para acordar un tercer ERTE, en este caso por causas económicas, que pudiera aplicarse al término del de fuerza mayor. Las centrales ya han advertido de que no tienen intención de aceptarlo y que podrían llevarlo a los tribunales si la empresa lo aplica unilateralmente. En principio, la compañía podría hacerlo al finalizar el periodo de negociación, pero los sindicatos argumentan que es similar al que ya está vigente y que eso podría suponer una irregularidad.