Familiares y amigos a primera hora de esta mañana en la armadora esperando recibir información. PABLO COBOS

«La gente está muy tocada. Tantas posibles víctimas de golpe es un shock»

La localidad pontevedresa de Marín encara la segunda jornada tras el naufragio del Villa de Pitanxo en Trastevere, del que aún se desconoce el saldo total de víctimas

Javier Arias Lomo

Enviado especial a Marín

Miércoles, 16 de febrero 2022, 10:28

Marín amanece con el municipio igual de alicaído que la fatídica jornada de ayer, donde el barco de Villa de Pitanxo naufragó en Trastevere (Canadá). Los vecinos retoman sus rutinas en medio de un clima enrarecido pero, sobre todo, muy triste. Miguel, que se ... dirige a entrenar y para ello pasa por las instalaciones de la empresa armadora, en Marín, dice no recordar haber vivido algo así en este pequeño municipio. «La gente está muy tocada. Tantas posibles víctimas de golpe es un shock». El joven vecino de Marín relata que los grupos de WhatsApp son hoy un hervidero de mensajes donde amigos y conocidos anhelan conocer algún dato más sobre él siniestro en Trastevere.

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También alude a Ekutu, el ghanés que iba en el barco y cuyo hermano acudió ayer, junto a su madre y su hermana, a las instalaciones de Nores para saber si podían saber algo más. «Su hermano es muy conocido en el municipio» asevera tras decir que están destrozados.

Precisamente, un rato después irrumpe en las instalaciones uno de los amigos de Ukutu, que espera hoy sí recibir noticias en Nores. Asegura que él también trabajó ocho años para ellos y que dentro de las instalaciones le conocen. Otubua, cuya rostro no puede borrar la preocupación por un momento, también conoce a otro de los marineros desaparecidos, Michael. Asegura que no volvió al mar porque las condiciones que le ofrecían «no eran buenas».

Otra de las viandantes que camina cerca de Concepcion Arenal 62 se detiene ante las instalaciones antes de continuar su recorrido. «El pueblo está muy mal. Era gente conocida y joven», apunta Chus tras señalar con el dedo el mercado en el que trabajaba hace tiempo y que se puede ver desde la sede de Nores. Allí, según cuenta, acudían algunos de los hoy desaparecidos a comprar víveres. «El ánimo está fatal», insiste.

Familiares de los marineros y Delegado del gobierno en Galicia, José Miñones. PABLO COBOS

Esperando noticias

Los familiares de los marineros siguen llegando a las instalaciones de la empresa armadora según avanza la mañana. «Veníamos aquí para ver si podemos enterarnos de algo», cuenta con lágrimas en los ojos un vecino que asegura que su hermana y su sobrino iban en el pesquero.

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Otro vecino del municipio identifica a «Franco» como un amigo que iba en el pesquero y del que aún no tiene noticias. «Nos ha cogido a todos desprevenidos».

El delegado del Gobierno, José Miñones, también pasó esta mañana por las instalaciones de Nores, donde familiares y amigos siguen acudiendo para sacar algo en claro. «Es un día triste para el mundo del mar y un día duro para las familias. Queremos trasladar el cariño de todo el Gobierno a los afectados. Ayer tuvimos conocimiento y nos pusimos en contacto de manera inmediata con el armador. Nuestro objetivo son las familias», aseguró tras destacar que aún continúan las labores de rescate y coordinación entre las autoridades canadienses y españolas.

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