¿Qué son los cada vez más populares bancos de calor?

La subida de la energía supondrá un sobrecoste directo para las familias españolas de 854 euros anuales, según las estimaciones de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU). A ello se suma la amenaza del aumento de precio de otros muchos bienes y servicios que repercuten su propio sobrecoste.

Llegar a fin de mes es cada vez más complicado. La inflación no da tregua a las familias y las empresas asturianas. El dato del IPC de octubre confirmó la tendencia alcista de los precios, con el índice más alto en 29 años, al llegar al 5,3% de tasa interanual en la región, una décima menos que en España.

Quienes antes vivían con el agua al cuello, afrontan ahora una situación de extrema necesidad. Los más vulnerables disponen de menos manga ancha para asumir el brutal encarecimiento de la vida registrado a lo largo de 2022.

España no es el único país que se enfrenta a una crisis energética. Boris Johnson ya anticipó antes de su salida del Gobierno que Reino Unido quizás debiera afrontar cortes energéticos. Estos aún no se han producido pero la situación es muy delicada.

La dependencia del gas ruso se suma al cierre de las centrales de carbón -en diciembre se clausuraron dos- y a la llegada, con el mes de diciembre, de una ola de frío. El primer ministro británico, Rishi Sunak, ha apostado por la puesta en marcha de ayudas económicas a la población más vulnerable y el impulso de los bancos de calor.

Se trata de una suerte de refugios comunitarios que proveen de calor a las familias de escasos recursos que no son capaces de asumir el incremento en la factura, lo que imposibilitaría que usaran la calefacción durante un invierno que se prevé duro y gélido.

Los bancos de calor se ubican en un edificio con calefacción al que los ciudadanos pueden acudir durante el día para escapar del frío. Son espacios de reunión donde escapar de las bajas temperaturas sin gastar la electricidad del hogar. Algunas administraciones locales contribuyen también con pequeños gestos, como el reparto de sopa caliente.

Además de resguardar del frío, los bancos de calor permiten a los usuarios socializar y sentir que no están tan «aislados y solos», según explicó a la BBC la promotora de uno de estos espacios.

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