Un viaje a las estrellas desde Coto Bello

Ese único satélite natural de la Tierra repleto de teorías sobre su formación, encargado de variar el régimen de mareas, pero también de hacer realidad esa espectacular casualidad cósmica de los eclipses totales de sol y que siempre muestra su misma cara a la Tierra. Con su gran aparición entre las montañas, con los primeros destellos de Venus, Júpiter y Saturno en el cielo y después de presenciar el paso de la Estación Espacial Internacional, daba comienzo este paseo nocturno.

Todo mientras los allí presentes comenzaban a experimentar cómo iba cayendo la noche y como sus ojos iban acostumbrándose a esa oscuridad que les acompañaría las próximas horas. Los elementos del firmamento brillaban cada vez con más nitidez gracias a ese cielo despejado y a esa ausencia de contaminación lumínica, que solo es posible experimentar en lugares altos y alejados de la ciudad tan especiales como Coto Bello. Aunque la luz intensa de la luna conseguía difuminar parcialmente esa nitidez de los planetas.

Un escenario único, que Isaías Gonzálo se encargó de amenizar acercando a los presentes primeramente a la ubicación de la Estrella Polar y después a las diferentes constelaciones de invierno como Casiopea, Andrómeda o Perseo, entre otras, y también a las historias mitológicas que las acompañan. Y es que cuando los humanos todavía no sabían leer ni escribir, el cielo y sus constelaciones también sirvieron para transmitir historias y conocimientos y precisamente fueron los antiguos griegos una de las culturas que optó por definir los relatos de su mitología a través de esas constelaciones. Historias de dioses, de romances y amoríos, pero también de tragedias y con otros protagonistas como Zeus, Calisto o Arcade y amenizado con esos toques de humor y esa cercanía que solo Isaías Gonzalo es capaz de transmitir. Él fue el encargado de hacer viajar a todos los presentes a ese mundo de los astros y de mitología durante las tres horas que duró esta agradable cita con la astronomía en Coto Bello, porque como él advertía también al comienzo: «El cielo da para mucho».

«Las estrellas ya eran empleadas por los marinos en la antigüedad, hablamos en este caso de las estrellas náuticas con las cuales se guiaban para navegar, porque salir del puerto es fácil pero lo difícil es volver y para eso en el pasado se necesitaban esas estrellas. Lo mismo cuando pasamos de ser cazadores recolectores a sedentarios y pasamos de no necesitar un lugar fijo para vivir o dormir a necesitar volver a casa, para eso también se utilizaban las estrellas. Hoy en día quedarnos sin GPS sería una catástrofe mundial, pero lo cierto es que el verdadero GPS está en las estrellas y lleva estando sobre nosotros desde los inicios», puntualizaba el astrónomo.

Una combinación perfecta entre historia, mitología y astronomía caminando en la naturaleza, que muchos ya esperan poder repetir: «Hemos disfrutado de un taller nocturno en plena montaña y con una luna impresionante que ya al comienzo nos regaló una bellísima imagen saliendo de entre las montañas. Fue precisamente esa luna la que nos dejó ver menos cantidad de estrellas de las que se podría haber visto sin ella, pero ha sido realmente mágico que estuviera ahí», asegura Yolanda Marcos, una de las presentes en este segundo taller astronómico por Coto Bello.

Un rato agradable por este paisaje allerano, en el que el frío también hizo acto de presencia, pero que no impidió el disfrute a los presentes: «Hemos pasado un rato tan agradable que incluso no he llegado a ser consciente del frío que hacía hasta tres horas después de empezar a escuchar a Isaías porque literalmente nos hemos quedado encantados con la belleza del cielo y atrapados por las historias que nos contaba. Ha hecho que veamos el cielo de una manera totalmente diferente», añade.

Una experiencia que consiguió atrapar también a Covadonga Somiedo, Cristina Martínez, Gracia Allen o Mónica del Pozo, también asistentes a este nuevo paseo nocturno bajo las estrellas y quienes confiesan que nunca habían asistido a un taller de este tipo: «Teníamos muchas ganas de asistir a un taller astronómico como este y repetiríamos sin dudarlo», aseguran. «Con lo que me quedo de este taller es que hemos aprendido a localizar las constelaciones y a conocer el cielo, que siempre lo vemos por la noche pero nunca realmente nos paramos a observar y conocer de verdad, como hemos hecho en esta ocasión», añade Gracia Allen.

Un punto y final sobresaliente con el que Jarascada finaliza estos exitosos paseos astronómicos por la naturaleza, pero tras los que les seguirán otras nuevas e interesantes actividades en la montaña: «Nos despedimos de dos fantásticas semanas de disfrute de nuestras montañas de una forma menos habitual, como son estas salidas nocturnas de astronomía y senderismo que han sido un éxito total. Pero esto no se acaba aquí, esta semana vuelve la nieve a nuestras montañas, vuelven las raquetas de nieve y vuelven nuestras salidas nocturnas con raquetas en noches de luna llena», advierten. Una nueva cita con la montaña y la naturaleza que ya figura como una de las grandes esperadas para este invierno.