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Una bajada en las temperaturas, las primeras lluvias de septiembre, la niebla y el propio instinto animal de los venados marcan cada año el inicio de la berrea, una época de celo en la que estos animales hacen su propio reclamo como los reyes de ... nuestros montes y como verdaderos pregoneros del otoño. Uno de esos grandes espectáculos de la naturaleza dignos de ver y que ya vuelve a sonar en los bosques y montes asturianos y concretamente en el concejo de Aller, donde solo hace falta escoger las primeras horas del amanecer o del atardecer y, por supuesto, tener la suerte y pericia de dar con la zona y el sitio indicados para contemplar este llamativo ritual de cortejo y disfrutar de su particular banda sonora.
Un auténtico concierto de los 'tenores del bosque' que normalmente comienza a mediados de septiembre y se da hasta principios o, con suerte, mediados de octubre. Semanas en las que los machos se encuentran en todo su esplendor y no dudan en demostrarlo compitiendo con otros machos berreando o bramando e incluso corneando a quien se atreva a desafiarlos, todo con el fin de defender su territorio y sus preciados harenes de hembras, con las que con suerte podrán reproducirse. Una época de trabajo intenso para los venados, tras la que las hembras tendrán que afrontar ocho meses de gestación hasta primavera y en la que debido al esfuerzo, los machos pueden llegar a perder hasta 50 kilos de su peso normal.
Lo mejor para asegurarse una buena observación de la berrea, es sin duda hacerlo a través de empresas dedicadas a la organización de estas excursiones por la naturaleza, como las que Marcos Calleja y Noel Rodríguez llevan organizando ya tres años a través de la empresa Jarascada en la que tanto empeño han puesto desde sus inicios en junio del 2019 y en este caso, a través de la asociación Aller Experiencias, con la que vuelven a colaborar un año más en esta época. Una asociación que agrupa alojamientos, hosteleros y empresas turísticas del concejo, ofreciendo diferentes packs con alojamiento, desayuno o cena y con esta fascinante actividad con guías de montaña experimentados y conocedores del terreno. Salidas que se realizarán los sábados y domingos al amanecer y al atardecer, y en grupos reducidos, para maximizar las posibilidades de avistamiento y no interferir en la actividad de los animales.
Ellos lo tienen claro, para admirar a los grandes protagonistas de la berrea solo hace falta acercarse a nuestros bosques y, sobre todo a los hayedos, a partir de los 600 metros de altitud: «Este tipo de zonas suelen ser más limpias y tienen las condiciones que estos animales buscan. Lo ideal para contemplarlos es ubicarse en puntos abiertos, en los que puedas tener, por ejemplo, una ladera despejada al frente y en los que llegues a verlos sin interferir en su día a día», explican Noel y Marcos, que han acompañado a EL COMERCIO en la aventura de ver la berrea.
Tanto Noel como Marcos comparten su pasión por la montaña desde que eran críos, una afición que se ha convertido en profesión. «Desde pequeños compartimos nuestra afición por la montaña con nuestros padres y después como amigos, así que cuando se volvió a hacer la titulación de guía de nuevo en Asturias, lo tuvimos claro. Ha sido, sobre todo al comienzo, un camino de mucho sacrificio porque lo compaginamos con otros trabajos, pero desde el inicio supimos que queríamos hacer un proyecto como el que hemos conseguido con Jarascada», subrayan. Una palabra asturiana vinculada con la montaña y la naturaleza que designa las primeras nevadas de octubre y que ya es para ambos su seña de identidad.
Ellos cuentan con todos los permisos necesarios, pero sobre todo con la experiencia para saber dónde encontrar los mejores puntos de observación en Aller. «La zona de Casomera, Río Aller, el Pino o Felechosa y en general todo el alto Aller, son zonas en las que abundan los venados y ahí están algunos de los mejores rincones para disfrutar de la berrea», aseguran. Además, Noel comparte sus conocimientos como biólogo y Marcos lo complementa con su fascinación por la montaña.
«Una de las cosas que más suele interesar a la gente es si el número de puntas de la cuerna determina la edad del venado. Este es un error muy común y lo cierto es que el número de puntas de la cuerna y su tamaño están relacionados con dos factores: uno el genético y otro el ambiental, por la alimentación que hayan tenido la temporada anterior», describe Noel Rodríguez.
Otros se sorprenden al explicarles el proceso en el que «los venados comienzan a desprenderse de sus cuernos entre marzo y abril para volver a lucirlos a comienzos del verano y con la borra, una capa aterciopelada que los recubre durante ese periodo de crecimiento y la van perdiendo poco a poco hasta quedarse sin ella», relata mientras captura con su cámara a otro grupo de hembras y varios machos que Marcos ha visualizado previamente con sus prismáticos.
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