Iker Pou, Manu Ponce y Eneko Pou tras finalizar la escalada de 'Leire', una de sus aperturas en el país andino. Hermanos Pou

Los Pou cierran su expedición más dura y exitosa en Perú

Los hermanos Pou dan por finalizada una de sus aventuras más complicadas por la Cordillera Blanca peruana, llevándose cuatro aperturas sobresalientes y la primera repetición en libre a la vía italiana «Eder Sabino Chacha Don Bosco»

de montaña por asturias

Jueves, 2 de septiembre 2021, 10:16

Los hermanos Pou finalizan su aventura más complicada, pero también exitosa a la Cordillera Blanca. La tercera expedición al país andino para los hermanos alaveses, donde además de abrir cuatro rutas: «Viva Perú Carajo» al Huamashraju de 5.350 m, «Mal ... de Panza» en la quebrada de Llaca a 4.350 m, «Súper Canalizos» al Huanka Punta de 4.670 m y «Leire» a una montaña de nombre desconocido de 4.882 m; también han conseguido la primera repetición y además en libre de la vía italiana «Eder Sabino Chacha Don Bosco»; y la ascensión a los nevados «Mateo» de 5.150 m, «Vallunaraju» de 5.686 m, «Hurus» de 5.495 m y «Rima Rima» de 5.248m.

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Una actividad sobresaliente en un año muy complicado en el que desgraciadamente el COVID ha seguido siendo protagonista a nivel mundial y a lo que en este caso se ha unido una de las expediciones más difíciles para los Pou y Manu Ponce, en la que han tenido que poner más garra que nunca debido a los constantes problemas físicos.

Eneko e Iker Pou tras su primera escalada a la cara sur del Huamashraju. Hermanos Pou

Una de las expediciones más complicadas

Una expedición sobre la que los hermanos Pou recalcan que «no todo ha sido coser y cantar» y en la que los problemas de salud han sido constantes: «Esta ha sido una de las expediciones más complicadas de nuestra carrera, ya que los problemas físicos se han multiplicado uno detrás de otro. Una rodilla fastidiada durante más de diez días, varias gastroenteritis seguidas que nos llevaron al baño hasta en veinte ocasiones en un solo día y fiebres... que sumados a la altura ya que nos hemos movido siempre por encima de 3.300 m. Todo ello ha hecho que este verano en los Andes nos hayamos tenido que esforzar y sufrir como nunca, para sacar toda esta actividad adelante», aseguran los Pou, que ya están deseando tomarse un pequeño descanso.

Una nueva aventura de los hermanos alaveses con Manu Ponce, en la que el desgaste ha sido enorme: «Hemos perdido mucho peso y los problemas físicos no nos dejaban recuperar en nuestras vueltas a descansar a Huaraz. En el momento que empezábamos a estar bien, otra indigestión alimenticia nos llevaba a varios días a dieta y una nueva pérdida de kilos. Así hemos estado peleando toda la expedición, saliendo a la montaña en cada ocasión al 50% de nuestras posibilidades, ya que la energía y la fuerza no siempre nos acompañaban. Pero le hemos puesto mucha garra para sacar todo adelante. Nuestra experiencia suma en este tipo de ocasiones en las que muchos alpinistas, y además con razón, tirarían la toalla».

Manu Ponce, Iker y Eneko Pou tras las apertura de 'Supercanalizos'. Hermanos Pou

«Si nos llegamos a encontrar bien, creo que podríamos haber hecho todavía más», se aventura a asegurar el pequeño de los Pou. «Pero lo cierto es que desgraciadamente hemos estado enfermos de la barriga más de la mitad de la expedición...», admite Iker todavía un poco resignado y constatando que no se puede luchar contra los elementos.

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Nueve aperturas en Perú

Durante la apertura de la vía de escalada 'Leire'. Alexander Estrada

Pero a pesar de todo, son ya nueve las aperturas que los Pou y Manu Ponce atesoran en los tres viajes que los alpinistas han realizado al país andino, una nada desdeñable actividad que empieza a ser bien reconocida por los locales del lugar:

«Para cuando hemos salido de Perú la primera ruta que abrimos al poco de llegar- ¡Viva Perú Carajo!, había tenido dos repeticiones y otros dos intentos. Lo mismo ha pasado con las vías que hemos abierto en la zona del Cerro Tornillo, en apenas veinte días, han sido varios grupos de alpinistas internacionales los que nos han pedido información de ellas con idea de intentar repetirlas. Algo similar ha pasado con los guías locales, gente fuertísima, que nos han demostrado su cariño cada vez que hemos coincidido con ellos».

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Han vuelto con pena de marchar y con ganas de volver, esa mezcla de haber vivido algo muy intenso y muy bonito, pero de estar extremadamente cansados.

«Ahora nos toca coger aire... Ha sido un año duro en el que ha tocado reinventarse constantemente por culpa de la pandemia. Retornamos gastados y con ganas de reencontrarnos con nuestros seres queridos. Volver a coger aire para en el momento que podamos continuar con la actividad, y por otra parte, con pena de dejar un país precioso que como siempre nos ha tratado muy bien. Nuestra motivación siempre es muy alta, incluso va en aumento día a día, pero ahora hay que recargar las pilas con el descanso activo, sobre todo seguir escalando, pero con actividades que sean un poco menos demandantes que el alpinismo...».

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