'Romancha', de Járkov a Tensi con el fútbol siempre consigo

Fue el guardameta ucraniano, con quien compartía posición y cantera, quien llamó a la puerta de un Oviedo en el que ahora Kirill es uno más. Tímido, pero con esa fuerza de quien habla más con la mirada que con las palabras, se ha hecho un hueco muy especial en el Cadete A del conjunto azul, equipo con el que está a punto de debutar en liga. Para Dani Toimil, entrenador de porteros, Kirill es «un guardameta completo, con buen juego aéreo y buen toque con los pies», pero, sobre todo, con gran margen de mejora. «Me sorprendió su nivel. Tiene cualidades muy buenas, es un niño aún y ya llama la atención la rapidez con la que piensa, la presencia que tiene y la voluntad con la que trabaja. Todos tenemos ganas de verle competir y que pruebe su rendimiento», dice su preparador.

Los defensas Fernando Ballester y Rubén Rodríguez esperan también ese momento que, resuelta la parte burocrática, está más cerca que nunca. «Cada vez nos entendemos mejor y se suelta más con el grupo. Ya nos ha aportado mucho en los torneos y que pueda debutar muy buena noticia para todo el equipo», señala el central.

Rubén, que le arropa desde el lateral, destaca su esfuerzo con el idioma en un deporte en el que «la comunicación es importante y todo pasa muy rápido». «Es muy seguro y ha comprendido muy bien la forma de jugar del equipo. Ya logramos hasta que sonría y encaje bromas», apunta.

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El vestuario ha hecho de Tensi lo más parecido a un nuevo hogar deportivo para Kirill, y Kirill -sin pretenderlo y sin merecer pasar por ello- les enseña que la vida no siempre es fácil. «No puedes ni imaginar lo que es dejar todo de un día para otro, pero compartir tiempo con una persona que sí sabe lo que es te muestra lo duro que es», apostilla su compañero.