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Más molesto de lo que suele ser habitual en él. Así compareció en la sala de prensa de Anduva Luis Carrión. El técnico del Real Oviedo lamentó no haber visto la versión más habitual de su equipo en las jornadas previas y sobre todo ... las concesiones dadas justo después de lograr el gol del empate. Inició su relato de lo sucedido asumiendo un primer fallo. «Fue una primera parte más o menos controlada. En la primera acción en la que hacemos una mala presión nos meten el gol, en el primer acercamiento», explicó. «Hemos estado espesos a partir de ahí y la segunda parte no es buena», continuó el técnico.
Carrión comentó que «estuvimos demasiado precipitados y aun así empatamos». Tras el acierto ante la portería contraria llegó lo que menos le gustó al técnico azul. «Lo que no puede ser es que después nos saquen dos saques de esquina y nos marquen tras el gol nuestro. Hay que tener más paciencia ahí», lanzó como reproche a los suyos. Uno de los males del Oviedo estuvo, según el entrenador, en lo poco afortunados que estuvieron sus extremos a la hora de dar salidas al juego del equipo. «En el primer tiempo nos faltaron más rupturas de nuestros extremos. Paulino estaba demasiado abierto y Viti recibía muy atrás», dijo. Esa situación hizo que el equipo tuviese la sensación de controlar el partido pero «sin peligro». «Aunque ellos tampoco, salvo el 1-0. Tras el descanso estuvimos muy acelerados y demasiado espesos», añadió.
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Una de las obligaciones de un entrenador es ofrecer soluciones a su equipo cuando las cosas no están saliendo bien. Hace una semana, ante el Eibar, su charla y sus modificaciones en el descanso hicieron reaccionar al equipo. Este domingo lo intentó de una forma diferente. El técnico decidió juntar a Alemao y Borja Bastón en el ataque. «Con Alemao buscaba más presencia en área y más centros, pero no salió bien en general y no por culpa de Alemao. Perdimos peso en el centro del campo, aunque el gol llega con un centro lateral», explicó. Ni ese éxito puntual sirvió para que se redujese el enfado del catalán. «Estuvimos desestructurados, con dos puntas arriba y poca gente por dentro, no estuvimos bien. Aun así, empatamos, y me jode que nos hayan marcado», argumentó.
En esa fase del encuentro, el preparador oviedista echó en falta un poco más de oficio para intentar aprovechar la inercia positiva propia y los nervios que podían aparecer en el Mirandés. «Nada más recibir el gol tuvimos dos pérdidas y dos saques de esquina de ellos. Parecía que queríamos marcar el segundo rápido y hay que tener más pausa en ese momento, ellos se podrían abrir porque igual están más necesitados. Estuvimos como durante todo el partido en general», dijo.
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Carrión tiene una máxima en su ideario futbolístico y es que los equipos deben divertir. El choque de Anduva no cumplió casi nunca con esa máxima. «Era complicado, ellos estaban cómodos en el bloque bajo y salían bien, pero no estuvimos bien. El partido en general y la segunda parte en particular fue feo», argumentó.
Asumido que la racha se quedó en Miranda de Ebro, la obligación es empezar a pensar en el futuro de manera inmediata y eso pasa por la reflexión. «Analizaremos el partido, pero en general no hicimos las cosas bien. Hoy era día para puntuar estando mal y no ha sido así. Queremos ganar al Espanyol», zanjó.
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