«Quiero entrenar al Real Oviedo en Primera División»

«Quería una carrera relacionada con el deporte, pero mis padres insistieron en una salida: Derecho. Con 22, trabajando en la Calle Serrano me di cuenta que estar tanto tiempo en un despacho no era lo mío. Cuando me ofrecieron entrenar en el Covadonga, mis padres se llevaron las manos a la cabeza. Dejar el trabajo fue una situación dramática, pero al ver que iba en serio, no me quisieron quitar mi sueño. Lo que hagáis, que os apasione, si no seréis uno más», aconsejó el ahora entrenador azul a los alumnos.

Rozada reconoció que su momento más duro fue el año que pasó sin equipo tras dejar el Lealtad, justo antes de que una llamada de César Martín y Joaquín del Olmo supusiera su fichaje por el Vetusta.

«Esperaba ofertas de equipos que pelearan por ascender a Segunda, pero no llegaron. Mejores que el Lealtad si, pero no lo que yo quería. Fue un golpe de realidad. En cuanto supe del Vetusta, me marque como objetivo profesionalizarlo y me preparé para ello», comentó un Rozada que se identifica con Marcelino García Toral y Unai Emery, aunque ellos, matiza, lo han tenido más fácil en los banquillos al tener sus propias carreras como futbolistas. «Veréis pocos casos como el mío», apostilló.

El entrenador azul se definió a si mismo como una persona valiente, algo que refrendaron sus profesores añadiendo cariñosamente un 'temerario' detrás, y concluyó su coloquio respondiendo a qué equipo le gustaría entrenar en el futuro con un deseo de lo más azul y optimista: «Al Real Oviedo en Primera».