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El Real Oviedo demostró ante el Eibar que es un equipo en el que creer, pero al que le falta gol para llevarse los partidos. Los ovetenses empataron con un tanto de Sergi Enrich un minuto después de que se adelantaran los visitantes. Los ... azules mantuvieron el rigor defensivo que vienen mostrando desde hace tiempo y también dieron la cara en ataque, pero sin acierto ante la portería rival.
El Eibar aprovechó una de sus pocas oportunidades, mientras que los ovetenses tuvieron varias ocasiones claras que no fueron capaces de transformar en el gol que les diera la victoria.
La alineación azul no presentó sorpresas, con la única novedad del regreso de Bretones al lateral izquierdo, pasando Lucas al derecho y Oier Luengo al banquillo.
El Eibar asumió el papel de líder desde el saque inicial y tomó el mando del encuentro trasladando el desarrollo del juego al campo oviedista. Los armeros manejaban el balón, pero lo hacían como le interesaba a los locales, que estaban cómodos con su coraza, esperando su oportunidad para robar y salir en un contraataque.
El juego estaba alejado de las áreas y lo poco que sucedía era en el centro del campo, sin que los porteros tuvieran que intervenir. Un resbalón de Dani Calvo dejó un buen balón a Jon Baustista, cuyo disparo salió centrado, a las manos de Braat.
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Fue mucho más clara la primera oportunidad de los ovetenses. Tras una internada de Lucas, por la derecha, cuyo centro lo remató desde la frontal Montoro y tras rechazar Zidane el balón pegó en el larguero y acabó en saque de esquina.
Los azules, que en los encuentros anteriores habían estado más cómodos con balón, no eran capaces de tenerlo ante el Eibar y el monólogo de posesión era absoluto. Los pocos respiros que se podían tomar los de Cervera era cuando Borja Sánchez era capaz de aguantar el balón, pero eso no servía para acercarse a la portería de Zidane que, tras el susto del disparo de Montoro, tenía una noche cómoda.
Cervera se vio obligado a mover el banquillo a los 24 minutos cuando Borja Bastón se lesionó y pidió el cambio. En su lugar entró Sergi Enrich.
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En el último tramo de la primera mitad, los locales salieron de su letargo ofensivo y, al menos, fueron capaces de trasladar el epicentro del juego al campo visitante. Montoro no acababa de aparecer, pero sí lo hizo Hugo Rama para asociarse con Borja Sánchez y con ello el equipo respiraba, aunque las oportunidades seguían sin llegar. En cualquier caso, la sensación era que el plan de partido de Cervera se estaba cumpliendo, ya que pasaban pocas cosas y el Eibar empezaba a desesperarse.
Los ovetenses echaban de menos la producción de las bandas. Los extremos aparecían pero no eran capaces de sacar buenos centros. Hugo Rama ganaba protagonismo con su movilidad por todo el centro del campo, siendo siempre una solución fácil para el compañero que tenía el balón.
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Al final, el primer tiempo, pese a la falta de emoción en las áreas y que no se moviera el marcador, resultó interesante para el espectador que pudo ver rigor y seriedad en ambos contendientes.
El inicio de la segunda mitad tuvo incluso más ritmo del que había tenido la primera, con un Oviedo más vertical, en especial por la banda derecha, donde Viti realizó varias internadas peligrosas, que no encontraron rematador.
El Eibar se adelantó en el marcador en una acción en la que Luismi y Dani Calvo no acertaron a despejar y el balón le cayó a Yanis, que no tuvo más que empujarla por debajo del cuerpo de Braat. Sin embargo, la reacción de los azules fue inmediata, ya que empataron un minuto después en un centro de Borja Sánchez que cabeceó Sergi Enrich para devolver las tablas al marcador. Los jugadores armeros pidieron falta del delantero.
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El gol revitalizó a los azules que empezaron a llegar más y asediar la portería visitante. Cervera dio entrada a Koba Lein y Camarasa por Montoro y Borja Sánchez para regrescar el centro del campo.
El Oviedo empujó mucho más que el Eibar en la recta final del encuentro y acosaron la portería rival con varias llegadas peligrosas, pero seguía faltando el acierto en el remate para marcar el segundo gol. Raúl Moro tuvo las dos más claras en sendos remates, pero no tuvo fortuna en ninguno de ellos.
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