Al Oviedo le dejan sin puntos

Los ovetenses realizaron una buena primera mitad, superando a los locales en todas las facetas del juego. El premio llegó con el gol de Oier Luengo, al rematar un saque de esquina botado por Cazorla. Sin embargo, el Espanyol con un penalti señalado por el VAR y una acción de mala fortuna tras el descanso dio la vuelta al resultado.

A pesar de la derrota, el conjunto azul sigue metido en el 'play off' a falta de seis puntos por disputarse y necesita una victoria el próximo domingo ante el Andorra para seguir en esos puestos antes de la última jornada de liga.

Santi Cazorla fue la principal novedad en el once de Carrión. Su presencia supuso la suplencia de Paulino y eso motivó que Masca pasara a jugar en la banda derecha, mientras que el de Llanera partió desde la mediapunta. El comienzo del encuentro fue trepidante, con un gol anulado a los ovetenses por fuera de juego de Masca, que había rematado un centro de Borja Sánchez, tras una falta sacada al segundo palo por Cazorla. Solo era un aviso.

El Espanyol trataba de presionar la salida de balón de los ovetenses y eso causó algunos problemas para los de Luis Carrión. En cualquier caso, la sensación es que se jugaba más a lo que quería el conjunto ovetense, que era el que llevaba más iniciativa en el juego y tenía más ambición por llegar a la portería rival.

Los azules no necesitaban mucho para tener el control del encuentro y ser los que se acercaban más a la portería rival. Así fue como gracias a su mayor presencia en el área llegó el primer gol. Un córner sacado por Santi Cazorla lo remató en el primer palo dentro del área pequeña Oier Luengo para adelantar a su equipo.

El tanto era la justo recompensa al mejor juego de los ovetenses, que eran los que más estaban poniendo en el campo y que tenían más claro lo que el partido requería. Las sensaciones eran buenas para los de Luis Carrión que estaban siendo superiores.

Sin embargo, en una de las pocas aproximaciones de los locales al área de Leo Román, llegó el empate, ya que el árbitro, tras el aviso del VAR, señaló penalti por un pisotón de Colombatto sobre Keidi Bare. La pena máxima la transformó Braithwaite engañando a Leo Román.

Con las tablas en el marcador el partido mantuvo el mismo camino, con los oviedistas controlando y siendo los que llevaban el peso del choque. Cazorla bajaba a recibir y estaba en el origen del juego siempre. Mientras, el resto del equipo le secundaba y todo indicaba que estaba más cerca el segundo de los azules que el de los locales.

Así fue como, en un nuevo saque de esquina botado por Cazorla, Dani Calvo se adelantó y cabeceó al fondo de la red. Era el 1-2, pero de forma incomprensible el árbitro anuló el tanto, tras otro aviso del VAR. El argumento esgrimido es que existía un supuesto fuera de juego de Alemao que estaba siendo agarrado por un defensa, claramente por detrás, cerca de la línea de gol. En todo caso parece inapreciable y solo el VAR y el árbitro parecen entender las razones de la decisión.

El conjunto ovetense se tenía que conformar con irse al descanso empatado después de una primera mitad en la que fue claramente superior a su rival, pero en el que las decisiones arbitrales le impidieron ir por delante en el marcador.

En el inicio de la segunda mitad dio la sensación de que el Espanyol estaba dispuesto a cambiar su actitud y tomó el control del encuentro. Los catalanes llegaban con mucha más facilidad al área de Leo Román y las ocasiones de gol empezaban llegar.

Los azules no estaban tan acertados en su intento de tener el control del juego y estaban sometidos por el Espanyol, que logró su segundo gol en una nueva acción a balón parado. Cabrera remató de cabeza un saque de esquina. El balón toca ligeramente en Alemao que desvía la trayectoria y sorprende a Leo Román, que esperaba en el primer palo. El Espanyol tomaba ventaja sin merecerlo. Luis Carrión buscó la reacción con los cambios de Dubasin y Paulino por Masca y Borja Sánchez, mientras que poco después fueron Borja Bastón y Bretones los que sustituyeron a Colombatto y Pomares.

El equipo ovetense tenía más intensidad y estaba volcado, pero no era capaz de encontrar las vías de agua en la defensa local. Los locales estaban defendiendo el botín y apenas eran capaces de salir de su área, por lo que trataban de perder tiempo en cada acción.

Cazorla ponía balones al área una y otra vez, pero no era capaz de encontrar un rematador para poder crear peligro y el paso de los minutos hacía que la precipitación fuera cada vez un enemigo mayor de los ovetenses que estaban haciéndose acreedores a un gol, que no llegaba.

La insistencia azul se mantuvo hasta el último de los cinco minutos que prolongó el árbitro, pero no fue capaz de rematar en ninguna ocasión de las que tuvo al final.