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Borja Bastón y Colombatto, abatidos, tras el pitido del árbitro. LOF
La maquinaria azul falló el día menos indicado

La maquinaria azul falló el día menos indicado

Inofensivos. Los azules pusieron todo de su parte para equilibrar el partido pero faltaron ideas ante la presión agobiante de un rival que, esta vez sí, jugó un fútbol propio de un aspirante

Lunes, 24 de junio 2024, 02:00

No hubo suerte y el Oviedo continuará una temporada más en Segunda División. A pesar de la euforia que se había desatado en torno al equipo, lo cierto es que la eliminatoria se deshizo en pedazos en apenas tres minutos o, dicho de otro modo, el epílogo de la primera parte.

Hasta entonces, el cuadro de Luis Carrión tenía el partido controlado. Apenas se habían contabilizado ocasiones, aunque es cierto que el Espanyol había pisado más área rival. El Oviedo intentó hilvanar jugadas a la contra pero no tuvo mordiente y prueba de ello es que no se contabilizan tiros a la portería local hasta bien entrada la segunda parte.

El Oviedo, todo sea dicho de paso, no fue el mismo equipo que exhibió músculo ante el Eibar en el partido de Ipurúa, ni el bloque que atenazó al Espanyol en el Tartiere, conducido por la afición.

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Si hace siete días todos los balones divididos caían a los pies de los futbolistas azules, en esta ocasión, fue el Espanyol el que estuvo más incisivo en las disputas, elevando la presión hasta límites que rozaban la sanción. El árbitro lo permitió. Tardaron en enterarse unos y otros que el colegiado iba a dejar jugar y que no se iba a dejar intimidar por los continuos choques y caídas. Al colegiado le dio igual que la afición pidiera un penalti por unas supuestas manos de Pomares dentro del área o, previamente, un derribo de Braithwaite. El árbitro apenas recurrió al VAR, que tampoco le avisó en una jugada en la Borja Bastón reclamó un posible penalti por un derribo de Oliván, después de ambos pugnaran por la posición al borde del área pequeña.

El Oviedo no se rindió a su destino y buscó el gol con un Cazorla que intentó entrar en juego desde el principio, llevando la batuta. No estaba para muchos trotes el 'Mago' que, sin embargo, llevaba peligro en cada acción a balón parado. El Espanyol intentó que no se jugara y abortó casi todos los centros que los extremos colgaron al área una y otra vez en los últimos minutos. No fue suficiente para voltear un resultado que deja al Oviedo sin consuelo.

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