Los vecinos de Sotres se echaron ayer a los caminos para celebrar el Premio Pueblo Ejemplar con culetes de sidra compartidos. Paloma Ucha

Sotres estalla con su Pueblo Ejemplar: «Esto va a dar muchísima vida al pueblo»

La localidad cabraliega celebra el galardón con sorpresa, emoción y el deseo de poder seguir compensando turismo y servicios básicos

Pablo A. Marín Estrada

Sotres (Cabrales)

Lunes, 2 de septiembre 2024

Con voladores, sidra corriendo de vaso en vaso y una gran alegría, tras la sorpresa inicial, celebraban ayer los vecinos de Sotres por todo lo alto de sus 1.050 metros de cota, la noticia de haber sido elegidos como Pueblo Ejemplar de Asturias. Con 108 habitantes censados y una gran actividad volcada entre el turismo, la ganadería y la industria agroalimentaria artesanal, al mediodía, poco después de que el jurado de la Fundación Princesa de Asturias diera a conocer su fallo, buena parte de quienes residen en esta aldea de Cabrales se encontraban dedicados a sus quehaceres cotidianos: unos atendiendo sus negocios de hostelería y comercio, otros en sus explotaciones ganaderas. Aún así, una vez confirmado el rumor que venía circulando prácticamente de casa en casa (la cobertura de telefonía es una reclamación pendiente), con el estallido de los primeros voladores, fueron muchos los que salieron a celebrarlo imbuidos del espíritu de unión vecinal y el amor a su lugar que los ha llevado, entre otros méritos, a engrosar la lista de los pueblos ejemplares del Principado.

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Vecinos de todas las edades desafiaron a la niebla y a una lluvia persistente durante toda la jornada para compartir la celebración. Entre ellos jóvenes como Laura Álvarez, integrante de la Asociación de Vecinos, que corroboraba la sorpresa de todos al recibir la buena nueva: «Sabíamos que este año estaba complicado porque se presentaban 29 pueblos y no contábamos con ello. Estamos todavía asimilándolo». Ella fue una de las primeras en enterarse por su padre Juanjo Álvarez, guía de montaña, que supo la noticia mientras realizaba la ruta del Cares con un grupo. En su opinión el premio «va a dar mucha vida al pueblo, porque hay muchas cosas que arreglar e invertir, va a ser muy bueno para todos», expresaba, antes de volver a su trabajo en Casa Cipriano, el negocio familiar.

Pequeñas empresas familiares como la de Laura forman en buena medida el tejido económico de Sotres, bastantes de ellas con una larga historia detrás. Es el caso de Casa la Gallega, un chigre-tienda de los de toda la vida abierto en 1967 «cuando no había luz ni carretera, ni teléfono», recuerda la hija de los fundadores y actual propietaria, Ana Moradiellos. En su interior, un auténtico centro comercial a escala en el que es posible encontrar el producto más insospechado. Se mantiene conservando la forma original, algo de lo que se siente orgullosa su propietaria, pero tras el mostrador guarda como oro en paño un tesoro familiar que le gustaría poder enseñar al rey don Felipe cuando visite el pueblo. Se trata de una fotografía tomada en septiembre de 1905 en la que su bisabuelo, Juan de Moradiellos, comparte protagonismo con el bisabuelo del actual monarca, Alfonso XIII, durante una cacería en los Picos de Europa. En la imagen aparecen también Pedro Pidal, marqués de Villaviciosa, el infante don Jaime y el emprendendor Juan Sitges, de la Real Compañía Asturiana de Minas, la empresa que explotó los yacimientos de plomo y blenda del entorno de Sotres. «Quién me iba a decir a mí que iba a ver en el pueblo de mi bisabuelo al bisnieto de Alfonso XIII, con el que se retrató, más de un siglo después. No sé si podrá ser, pero me haría muchísima ilusión que el Rey pudiera ver esta foto», aseguraba.

Y es que en Sotres, la historia o las historias sorprendentes, aparecen a la vuelta de la esquina. Una de ellas la encontramos en medio de un grupo de señoras mayores que celebran con sidra el premio. Es la ucraniana Galyna Shvets Yevtushenko, vecina del pueblo desde hace casi dos décadas. «No tuve ningún problema en adaptarme, el clima es muy parecido al de mi país y la gente muy familiar». A lo único que confiesa no haberse acostumbrado es al producto del que más orgullosos se sienten todos los cabraliegos, el de su queso azul: «Lo siento mucho, sidra mejor que 'quesu'. Por lo demás me siento muy a gusto», desvela con humor. Vive con la misma alegría que el resto de vecinos el galardón y prefiere no hablar de la guerra que asola su país. Otro vecino José Rodríguez, a punto de jubilarse, confirma la sorpresa por el premio: «Después de dárselo a Asiegu, nadie esperaba otro en Cabrales. Estamos muy contentos. Por el turismo no va a haber problema, hay bastante, pero el acontecimiento de que vengan los Reyes y la Princesa, es una motivación. Esperamos que acompañe el tiempo para que se vean los Picos y todo lo guapo que es esto», manifestaba.

Quien no podía disimular su felicidad era el presidente de la Asociación de Vecinos, Nacho García: «Siento alegría y emoción sobre todo por la gente mayor y la gente joven. Para todo el mundo no es fácil vivir en un sitio como Sotres. Los turistas ven la parte positiva, pero hay muchas limitaciones: la cobertura de telefonía y de internet, no pasa el médico y no hay suficiente aparcamiento. Hay que compensar el turismo con los servicios básicos para la gente del pueblo, el mantenimiento de la ganadería... Pero hoy es un día de celebración, las reivindicaciones ya llegarán», declaraba. El alcalde cabraliego, José Sánchez, coincidía en la valoración y remarcaba la suerte «de que el concejo tenga ya dos pueblos ejemplares». Para el regidor: «vivir aquí es complicado, incluso sobrevivir manteniendo una ganadería o una quesería y con el turismo, mantener habitantes, gente joven. En los tiempos que corren para el medio rural un premio es una alegría. Y los vecinos pelearon mucho por ello», reconocía. A su alrededor la fiesta y la celebración seguían empapándose de alborozo y orbayu.

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