
Ver 115 fotos
Secciones
Servicios
Destacamos
Ver 115 fotos
Sotres se despertaba ayer con la nieve coronando las cumbres de Peña Maín y el Pico Boru en una mañana totalmente despejada de cualquier atisbo de niebla, como si la naturaleza se hubiese conjurado para ofrecer el mejor marco posible al día en que el Pueblo Ejemplar de Asturias iba a estar en el foco de todas las miradas. Acostumbrada al animado trajín de las épocas de mayor afluencia turística, la localidad veía ese ambiente multiplicarse hasta extremos nunca conocidos allí y con la práctica totalidad de los vecinos buscando el mejor lugar desde el que asistir a la visita de la Familia Real en sus estrechas calles, arropados por sus familiares residentes en otros lugares y de los numerosos cabraliegos desplazados en autocares desde Arenas, a los que había que sumar la presencia de decenas de curiosos llegados, muchos de ellos días antes, desde otros puntos de la región o de la vecina Cantabria para una jornada tan especial. Y es que como afirmaba Emilio Pereda, de Carreña: «No todos los días se ve a los Reyes y a sus hijas en persona».
Ese sentimiento compartido entre quienes estuvieron allí para contarlo, lo interiorizaban de una manera muy especial los propios vecinos de Sotres como verdaderos protagonistas de la celebración. Así lo entendía Monchi Díaz, engalanado como su mujer Lourdes Álvarez y sus nietinos Nel y Lola, con trajes tradicionales del oriente asturiano. «No formamos parte de ningún grupo de baile, es que la ocasión lo merecía. Este premio ha sido un espaldarazo al pueblo y a toda la comarca», afirmaba el abuelo. Ni a ellos ni a los demás participantes activos de la gran fiesta parecía importarles mucho el retraso sobre el horario previsto con el que se demoraba la llegada de la comitiva real. En la zona de La Ería, otra vecina, Lorena Sánchez, vestida también con la indumentaria tradicional y pandereta en mano, agradecía disponer de un mayor margen de tiempo para ensayar con sus cuarenta compañeras de coro el Ramu que iban a cantar ante la Familia Real mientras los mozos del pueblo levantaban el palu de La Jovera. «Hago la voz principal del Ramu, los nervios los dejé en casa. Queremos que salga perfecta esta muestra de nuestra cultura y que puedan llevarse un buen recuerdo de ella», expresaba.
Noticia relacionada
Desde la cercana Tresviso, cuatro amigas: Nieves Campo, Ana Díaz, Aurelia Campo y Sabina Campo, entretenían la espera sin dejar de mirar al cielo o a la carretera por la que podrían aparecer los Reyes, la Princesa y la Infanta: «Aunque estemos en Cantabria hay mucha relación con Sotres, solo nos separan 11 kilómetros. El premio lo sentimos como si nos hubiera tocado un 'pellizco' de la lotería y hoy no queríamos perdérnoslo por nada del mundo», manifestaban. También desde la comunidad vecina, María Julia González, Loli Abascal, Conchi Cruz y el nieto de esta Manuel Gutiérrez, de Santander, se enorgullecían de haber asistido ya a seis entregas del Premio Pueblo Ejemplar. Desplegando sendas enseñas nacionales no ocultaban su devoción por la Casa Real: «Tanto don Felipe como doña Leticia han sabido educar a sus hijas como las mejores de Europa, además de ser bellísimas», apuntaban con emotividad.
La aparición de los primeros vehículos de la Comitiva Real acaparó todo el interés de quienes aguardaban en el entorno de la Ería y la alegría se desbordó cuando pudieron ver a sus Majestades saludando a través de las ventanillas y especialmente a la Princesa Leonor, muy sonriente y relajada en el vehículo donde la acompañaba la Infanta Sofía. Entre los que vivieron ese momento con particular emoción, el joven David Gómez, de Oceño (Peñamellera Alta), en su silla de ruedas mostraba el teléfono móvil con el que su padre, Juan Carlos, había fotografiado los saludos de la Familia Real: «La Princesa es mucho más guapa en persona que en la tele», afirmaban ambos con la misma emoción.
Los espectadores de ese punto del recorrido, situado en la parte baja del pueblo y donde se ubican varios establecimientos hosteleros con terraza, tendrían la oportunidad de volver a ver a la Familia Real de nuevo, cuando descendieron por La Caleya para asistir al Ramu y el levantamiento del palu de La Jovera en la Ería. En esta ocasión pudieron disfrutarlo en la más pura cercanía, con los Reyes, la Princesa y la Infanta estrechando manos y compartiendo saludos y sonrisas con todos. El fin de fiesta, se vivió al mismo tiempo y en la misma sintonía que el acto institucional cuando desde las pantallas de los televisores de los bares se amplificó el canto del Himno de Asturias, coreado y aplaudido por todos. Arriba en las cumbres, el sol iluminaba la nieve, parte esencial de la identidad de este pueblo ejemplar.
Publicidad
Almudena Santos y Lidia Carvajal
Rocío Mendoza | Madrid, Álex Sánchez y Sara I. Belled
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.