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La de hoy era la tarde de pasar el testigo, de formalizar el compromiso personal e institucional de Doña Leonor con España como Heredera al Trono. Por ello, el rey Felipe VI, desterró otras referencias políticas, que eran habituales, y realizó un discurso ... de 'tu a tu' con su progenitora. Con un Teatro Campoamor de Oviedo a rebosar, con su disertación trató de transmitir la importancia de los premios, lo que representa la ceremonia y el mensaje que se lanza desde Asturias al mundo. «Esta celebración solemne es muestra del compromiso con los españoles que deberás renovar permanentemente con dedicación, espíritu de servicio, lealtad y responsabilidad; siempre con humildad, y consciente de tu posición institucional», subrayó el monarca.
En una apelación más sentimental, Felipe VI recordó cómo él mismo protagonizó su primer discurso en público, en ese mismo lugar y hace 38 años. Lo hizo, tras comprobar la soltura con la que había desenvuelto su progenitora sin poder ocultar su orgullo de padre: «Tu madre y yo estamos muy felices por poder acompañarte y ser testigos de este día,tan especial y único». La primera de muchas más tardes como está, le adelantó, deseando «que todos estos sentimientos e ideas te acompañen a lo largo de los años, a lo largo de la vida». De momento, la de hoy, dijo emocionado, «seguro que sintiendo lo mismo que yo sentí, responsabilidad, emoción, muchos nervios pero, sobre todo, muchísima ilusión».
Pero, sobre todo, hubo deberes para la Princesa de Asturias. A ella le recordó que «la obligación de servir a España y a los españoles debe ser el mayor orgullo y el máximo honor que puedas alcanzar». Para esto le pidió «coraje y valentía; creciendo en responsabilidad, en bondad, y en ejemplaridad». Felipe VI, que también hizo repaso de sus momentos más especiales en la historia de la ceremonia -su primera edición en 1981 y la ocasión que se estrenó junto a la todavía Princesa Letizia-, sumó la presente «junto a nuestra hija Leonor acompañada de su hermana la infanta Sofía». Y descató la trascendencia de Asturias «con su amor a la cultura, con su sentido de la solidaridad y con su compromiso con la justifica, la iguadad y la libertad».
En una edición con la carga simbólica de este año, con el relevo generacional de fondo, no podía falta la referencia a la juventud y la importancia de estos premios para los más jóvenes. «Tenemos la obligación de dejarles un mundo mejor y de ayudarles a construirlo, de formentar en ellos el espíritu crítico, el deseo de verdad, y la capacidad de preservar los valores profundos y perennes de la cutlura y el humanismo».
El rey Felipe VI hizo un repaso, uno a uno, por cada uno de los galardonados con los Premios Princesa de Asturias de esta edición. A todos les dedicó unas breves palabras para destacar aquello que les hicieron merecedores de la distinción.
El rey Felipe VI glosó la figura de Peter Brook recurriendo a unas palabras de la premiada con este mismo galardón en ediciones anteriores, Nuria Espert. «Nos entrega una trayectora de éxito, de emoción y de arte, llena de vida, de bondad y paz». Además, destacó la popularización del concepto de espacio vacío y cómo ha logrado «que lo que piensa de la vida, de los seres humanos y dle mundo se convierta en arte teatral».
Los reconocimientos se acumulan y, aunque lo que hoy ha traído la pinacoteca hasta aquí es el Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades, el rey Felipe VI no quiso pasar por alto la celebración del bicentenario. «Es el mejor ejemplo de cómo el amor al arte y a la cultura nos ayuda a ser mejores ciudadanos y mejores personas». En los créditos de agradecimientos, además del actual presidente del Real Patronado del Museo, Javier Solana, y el director Miguel Falomir, tuvo palabras de recuerdo para Plácido Arango, Migue Zugaza y, especialemente, al recientemente fallecido José Pedro Pérez-Llorca, también 'padre de la Constitución'.
El Premio de Cooperación Internacional sirvió de excusa al rey Felipe VI para reivindicar el papel de los maestros. «Son la parte más importante de la escuela, los que abren todo un mundo de conocimiento que nos proporciona criterio firmes, opiniones informadas, seguridad y rigor». A propósito de este eje fundamental, destacó de qué forma Salman Khan y la Khan Academy contribuyen a ello «con altruísmo, una visión global e insistiendo en el valor de la comprensión y en la capacidad igualitaria de conocimiento».
El rey Felipe quiso destacar varios rasgos del caracter de la esquiadora estadounidense como «la resistencia, la valentía, la tenacidad o la fortaleza», merecedores del Premio Princesa de Asturias de los Deportes. Pero, siendo importantes los éxitos deportivos, lo es más, según subrayó. «su trabajo en favor de la igualdad, tratando que las mujeres más jóvenes superen los obstáculos injustos y ajenos a sus capacidades y preparación». El monarca puso en valor la aportación humana de la práctica deportiva. Hubo un guiño especial, con aplauso, para Lindsey Vonn con motivo de la coincidencia del día de hoy con su cumpleaños.
Las palabras hacia la aclamada escritora estuvieron en consonancia con las anteriores, la necesaria mirada feminista y una reivindicación de la igualdad en nuestra sociedad. A propósito de ello, Felipe VI destacó que, la Premio Princesa de Asturias de las Letras «trabaja para que esta situación tan injusta cambie definitivamente con tenacidad, profundamente convencida y con un intensa capacidad para reflejar todas sus inquietudes». Un esfuerzo con el que Siri Hudsvedt pelea para que las mujeres no sean olvidadas y relegadas simplemente por el hecho de serlo.
El monarca destacó los trabajos del Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales para conocer el proceso de integración que «nos lleva a la construcción de una sociedad mejor, en la que se fortalecen y se asientan las mejores virtudes sociales y cívicas». Felipe VI se congratuló con que el galardón de este año fuera a parar a una de las mayores eminencias sociológicas del mundo que, además ha localizado en España algunos de sus equipos más destacados de investigación.
También para elogiar la labor de las Premio Princesa de Asturias de Investigación Científica Técnica, el rey Felipe VI recurrió a un discurso de la ganadora en 2016, Patricia Espinosa (Convención Marco de Naciones Unidas contra el Cambio Climático). Recordó que las palabras de ésta en las que subrayaba que «hoy tenemos en nuestras manos las herramientas para trabajar juntos y crear, no solo un futuro sino un presente seguro y sostenible para nuestros hijos y los hijos de todos». Por ello, elogió a sendas investigadoras por su «trabajo riguroso» en una «encrucijada fundamental».
El rey Felipe VI se deshizo en elogios hacia la ciudad galardonada con el Premio Princesa de Asturias de la Concordia de quien destacó «su lucha en favor de la democracia y la libertad». El monarca subrayó que, con las transformaciones de los últimos años, se ha ido convirtiendo «en un ejemplo de solidaridad, de integración y de convivencia pacífica». Un mérito que no dudó en atribuir a sus habitantes. Por ello, pidió a la alcaldesa, Aleksandra Dulkiewicz, que les transmitiera su admiración por «su afán de superación, su voluntad de reconciliación y el deseo de una vida libre, serena y pacífica, que ellos tan vivamente han demostrado, son un verdadero ejemplo».
El rey Felipe VI recordó cómo los Premios Princesa de Asturias permiten «homenajear a personas, instituciones y entidades que han marcado la historia de los últimos decenios y cuyo legado será fundamental en el futuro». Por ello, el monarca quiso transmitir un mensaje de confianza que «renace en este teatro cada año». Asimismo, y a modo de cierre, deseó, en referencia a su hija Leonor, que «la nobleza de espíritu, que tanto deseo, se fortalezca día a día en tu corazón».
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