La llegada de la alta velocidad a Asturias, en el foco político y económico

Y Adrián Barbón, por supuesto, fue de los más madrugadores en estar en el recinto, haciendo las veces casi de anfitrión para todos los que iban a llegando después. También era obligado referirse, porque los premios también son epicentro político estos días, a la negociación de investidura. También de la financiación autonómica, de la que el presidente asturiano dijo que «hace falta un acuerdo multilateral».

Pero lo que también se quería era ver a los premiados. Algunos visto y no visto por el hotel a pesar de la nube de periodistas. Meryl Streep, de negro, fue casi un visto y no visto. Martín Cooper, por contra, sin importarle el tiempo, se paró a charlar con tantos aquellos como reclamasen su atención. Los que no quisieron hablar fueron los ministros Nadia Calviño y Miquel Iceta. Tampoco la presidenta del Congreso. Lo más cercano a unas declaraciones fueron las del presidente del Tribunal Constitucional, Cándido Conde-Pumpido, que dice que «no es el momento». De la amnistía, se entiende.

Quien dice a los estrellas de esta edición, dice también a las reinas, reyes y princesas. La visita de Sofía, que faltaba por llegar, era de las más esperadas. Y no defraudó saludando a cuantos se agolparon a la puerta. La de las princesas, gustó, y mucho, a los que participaron en las audiencias reales: los premios fin de carrera de la Universidad de Oviedo y las medallas de Oro de Asturias. Los primeros salieron encantados con las anécdotas de estudios, y los segundos destacaron las conversaciones sobre la presencia de la mujer en los puestos directivos.

Por cierto, además de la alta velocidad, también estuvieron volando hacia el espacio. Que se lo digan a Pedro Duque, astronauta, exministro y premiado en ediciones anteriores. «Siempre que se puede participo en esta ceremonia. Todos los españoles que nos invitan nos da mucho orgullo venir aquí».