Las palabras escritas por la Princesa Leonor en el Libro de Honor de Oviedo, con motivo de su nombramiento como Alcaldesa Honoraria de la ciudad donde nació su madre, la reina Letizia, dejaron a la luz detalles de una personalidad que atesora múltiples cualidades. Así lo revela el estudio grafopsicológico realizado para EL COMERCIO por Esther Urquijo, experta en la materia. Estas son sus conclusiones tras un análisis del texto:
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Persona inteligente, educada y respetuosa con la personalidad ajena (cortesía), así como respeto y ponderación a las normas y principios sociales y colectivos. Buena memoria y asimilación. Puntualidad, naturalidad y buen trato con los demás.
Acciones claras y concretas con necesidad de orden y precisión. Buen gusto y ponderación.
Actitud firme y regular en el comportamiento. Imaginación reglada por una buena dosis de juicio y respeto a los demás.
Tendencia a realizar las tareas con cuidado y método. Sentido del deber. Conciencia moral exigente. Orden en las ideas y en el pensamiento (visión amplia de las cosas). Lucidez mental.
Espíritu de observación y sentido crítico. Equilibrio. Emotividad bien controlada. Estabilidad y Madurez. Reflexión y control en los impulsos.
No está distante de la sociedad pero tampoco está próxima, aunque tiene su manera de integrarse en ella.
Posee una valoración exacta de sí misma. Siempre prudente y cautelosa. Sabe preparar el terreno antes de acometer cualquier acción. Meticulosidad.
Tiene don de organización e iniciativa superadora de obstáculos. Es coherente y consecuente.
Tenaz y constante en la continuidad en los trabajos.
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