«Es un honor», agradecía sincero Martin Cooper llevándose una mano al corazón instantes después de descubrir la placa que da su nombre al laboratorio de la Cátedra 5G de la Escuela Politécnica de Ingeniería de Gijón. El 'padre del teléfono móvil' volvió ayer a ... la EPI, catorce años después de que le fuera concedido el premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica. En 2009 logró la distinción junto al también estadounidense Raymond Samuel Tomlinson, por la aportación al desarrollo de la telefonía móvil y del correo electrónico, y ya entonces acudió a la Escuela de Ingeniería para compartir conocimientos con profesorado y alumnado del mayor centro de la Universidad de Oviedo.
Martin Cooper. Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica 2009
Ayer volvió a hacerlo. En un encuentro en el que se sometió a las preguntas del auditorio, íntegramente en inglés, sin traducción simultánea, y que concluyó convencido de que «teníais las respuestas mucho antes de que yo empezara a hablar».
Habló Cooper del teléfono móvil como «una obra maestra de la tecnología» que aún no ha desarrollado todas sus potencialidades. Por ejemplo, en el campo de la educación o de la sanidad. Y, por extensión, mejorando la calidad de vida en todo el mundo. Porque, reflexionó, ¿por qué someterse a chequeos médicos una vez al año cuando, con la tecnología, podemos hacer que nos examinen a cada minuto? Eso, permitirá prevenir las enfermedades. «Podremos eliminar aquello que ataca nuestra salud».
Pero para poner la tecnología al servicio del bienestar de toda la población -habló incluso de la posibilidad de «eliminar la pobreza»- es preciso facilitar una conectividad global y barata. La cobertura y el coste del acceso a internet debería ser «una prioridad» para los proveedores de este servicio, señaló. Puso como ejemplo su país, Estados Unidos, donde solo el 50% de los estudiantes tienen acceso total a internet y aún hay un 20% del territorio que carece de cobertura. «Es inaceptable».
«Yo no voy a estar en ese futuro», bromeó cuando un alumno de Ingeniería Electrónica le puso en el brete de imaginar cómo se podría reinventar el teléfono móvil, pero no tuvo reparos en visualizar dispositivos que ya no serán externos sino que irán insertados dentro del cuerpo. No es descabellado, afirmó Martín Cooper, plantear que se pueda establecer una llamada dando una orden verbal a ese dispositivo. «Puede que ni siquiera tenga que decirle 'llama a Ramón' sino que baste con pensarlo».
Tras la charla, se acercó al MediaLab para conocer de primera mano varios de los trabajos que allí desarrollan los alumnos y alumnas de la Universidad de Oviedo. «'Go EPI! Education by doing! (educar haciendo)» dejó escrito en una foto dedicada.
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