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Carolina Marín en el Mirador de Busto. Esa fue la última imagen que la extraordinaria deportista onubense plasmó en Asturias antes de emprender viaje de vuelta a Madrid. Fueron apenas unas horas pero intensas en las que la flamante Premio Princesa de Asturias de los Deportes aprovechó para disfrutar del paisaje, pasear, degustar gastronomía autóctona y estar cerca de su familia. Y todo ello en un rinconcito de la costa occidental asturiana.
Discreta pero sin perder la sonrisa, Marín se acercó hasta el Mirador de Busto, uno de los más bellos enclaves del concejo de Valdés. Y también de los más visitados. Allí inmortalizó su imagen con esa amplia sonrisa con la que todos estos días la hemos podido contemplar. Y con un atuendo informal, lejos ya de la vestimenta de gala que lució en el Teatro Campoamor.
Fue el sábado, cuando la jugadora de bádminton llegó a Busto y recorrió algunos de los espacios naturales que ofrece esta zona asturiana. A escasos metros del Mirador de Busto, se encuentra el Faro de Busto, un lugar que estos días está muy solicitado, ya que ha sido elegido para protagonizar un anuncio publicitario de una compañía eléctrica, lo que ha obligado a cercar y limitar el acceso.
Carolina Marín disfrutó del mar Cantábrico y de las vistas que ofrece la playa de Bozo. Un mirador que es conocido por los lugareños como el mirador del tiro, ya que cuentan los mayores que hace años ese espacio se utilizaba para practicar el tiro al plato. En este espacio, un área recreativa y varios bancos que miran hacia ese mar, que el sábado estaba algo bravío, conforman una postal idílica, de la que a buen seguro la deportista se llevó un grato recuerdo, junto a los buenos momentos que ha vivido desde su llegada al Principado.
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De hecho, en sus redes sociales, Carolina Marín escribió: «El fin de fiesta a una de las semanas más increíbles de mi vida llegó juntándome con tres mujeres referentes y a las que admiro hoy aún más que ayer», en referencia a su encuentro en la Fábrica de la Vega, de Oviedo, en el que charló con la esquiadora estadounidense Lindsey Vonn, con la nadadora paralímpica española Teresa Perales y la periodista deportiva Paloma del Río.
En esta breve estancia en el occidente, Carolina Marín se alojó en el hotel Casa Roja de Cadavedo, junto a su familia y allegados. En total, una decena de personas. Allí mismo degustaron, entre otras viandas, el plato más emblemático de la tierra: la fabada. La guinda a momentos intensos y de emoción que ha compartido con sus seguidores.
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