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Carolina Marín, durante la entrevista con EL COMERCIO en el Hotel de la Reconquista. Foto: Damián Arienza | Vídeo: Aida G. Fresno
Premios Princesa de Asturias

Carolina Marín: «Las medallas son bonitas, pero me quedo con el camino para lograrlas»

Deportes ·

«Se está trabajando para que Huelva acoja el Mundial de 2026, intentaré estar allí»

Miércoles, 23 de octubre 2024, 19:00

Ha reído y llorado en una pista de bádminton, se ha emocionado, ha levantado los mayores trofeos de este deporte y, más de una vez, se ha caído. Pero si algo distingue a Carolina Marín (Huelva, 1993), Premio Princesa de Asturias de los Deportes, es que siempre se ha vuelto a levantar para seguir triunfando. La lesión en la semifinal de los Juegos Olímpicos de París que le impidió volver a luchar por una medalla no va a suponer una excepción: la que es una de las mejores jugadoras de bádminton de la historia ya piensa en su vuelta.

-Steffi Graf, Carl Lewis, Miguel Indurain, Martina Navrátilová y ahora Carolina Marín. ¿Da vértigo?

-Se me pone la piel de gallina, son pioneros en sus deportes. Este galardón es un reconocimiento a mi carrera deportiva y a mí como persona, es un orgullo muy grande.

-¿Cuál es su relación con Asturias?

-Venir a Asturias es recordar el Campeonato de España de Vegadeo, cuando viajaba con mi papá desde Huelva en coche. Recorríamos toda España para que esa niña pudiera competir en un deporte minoritario y desconocido en nuestro país. También estuve concentrada en el Centro de Tecnificación de Oviedo. Hablamos de mi infancia, pero son momentos bonitos de recordar que tengo muy presentes.

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-Tiene un palmarés único. ¿A qué titulo le tiene más cariño?

-A todos. Nadie me ha regalado nada, hemos tenido que esforzarnos y trabajar mucho para conseguirlos. Con lo que más me quedo es con el camino recorrido para cada uno de ellos.

-Cuando recoge una medalla, ¿ya piensa en la siguiente?

-Sí, muchas veces no sabemos disfrutar el momento, ya casi estás pensando en cuál es el siguiente objetivo.

-Se fue con catorce años al Centro de Alto Rendimiento de Madrid. No tuvo que ser una decisión sencilla.

-Fue un momento complicado. Para mí sí fue fácil, era una niña ilusionada, pero para mis padres fue muy difícil. Hacía poco que se habían separado, soy hija única y no tengo familia en Madrid. Estoy muy orgullosa de los padres que tengo, gracias a la decisión que tomaron en el momento justo y preciso estoy donde estoy.

-¿Cómo era su vida en los primeros años?

-No era fácil, estaba ilusionada y cargada de felicidad. Hubo un día que entré en el despacho de mi entrenador y le dije que quería ser la mejor en todo: campeona de Europa, del Mundo, Olímpica y número uno. Se quedó un poco loco, aunque no le impactó demasiado, él también lo quería. Me preguntó si sabía lo que había que hacer para conseguirlo, le respondí que no y me dijo: métete en el pabellón y ponte a entrenar y a trabajar. Ahí había una niña que soñaba en grande y que no sabía todos los obstáculos que se iba a encontrar. Si echo la vista atrás me siento muy orgullosa de todo lo que he conseguido y de haber superado los obstáculos.

Carolina Marín, momentos antes de iniciar la entrevista. Damián Arienza

-¿Qué es para usted su entrenador, Fernando Rivas?

-Somos un binomio, le estoy muy agradecida por sacar lo mejor y lo peor de mí, como deportista y como persona. Ha sido entrenador, apoyo, padre, psicólogo...

-Trabaja desde muy joven con psicólogos sin haber tenido ninguna patología. ¿Por qué?

-No hay que tener ningún problema para sentirte mejor y para darle palabras a emociones arraigadas que no sabemos expresar. Con quince años ya empecé a trabajar estrategias para momentos de nervios, inseguridad, miedos que el deporte y la vida te ponen por delante. El cerebro es un músculo más de nuestro cuerpo que hay que trabajar.

-¿Qué peso tiene la fortaleza mental en su éxito?

-Es muy importante. La parte física, la de fortaleza mental y la técnico-táctica son aspectos con el mismo peso. Todo debe ser un uno para competir al máximo.

La Premio Princesa de Asturias de los Deportes responde a las preguntas de EL COMERCIO. Damián Arienza

-Ha sido la única jugadora de bádminton que ha vuelto tras dos lesiones graves de rodilla. ¿Cuánto tardó en decidir que también volvería a la pista tras la tercera?

-Me he tomado mi tiempo, me ha costado mucho más. Cuando trabajas y te esfuerzas mucho por conseguir tu objetivo te puede salir bien o mal. Pero cuando mires atrás no te pueden quedar remordimientos por falta de trabajo. Lo he dado todo por conseguir una segunda medalla olímpica y el haberme colocado en esta posición me permite disfrutar otras cosas como pasar más tiempo con mi familia. Pensaba que era el final de mi carrera, pero me daba mucha pena que algo externo me retirase de mi deporte. Como soy muy competitiva y cabezona quiero decidir cuándo me retiro de una pista de bádminton. Se está trabajando para que haya un Mundial en Huelva en 2026. Intentaré estar allí.

-¿Es consciente el público de los sacrificios que afronta un deportista de élite?

-Creo que no. Las medallas son muy bonitas, pero lo que quiero reflejar es todo ese camino que hay que recorrer. He tenido que sacrificar muchas cosas y me gustaría que los jóvenes vean que una mujer en un deporte minoritario ha logrado todo lo que he conseguido.

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