Carolina Marín, Premio Princesa de Asturias de los Deportes 2024, en el Hotel de la Reconquista. Efe
Premios Princesa de Asturias de los Deportes

Carolina Marín, en Asturias: «Era impensable que una chica española pudiera dominar el bádminton»

La campeona del mundo descarta colgar la raqueta: «Mi mayor ilusión es retirarme en una pista de bádminton». «Me espera una semana muy bonita, el recibimiento ha sido increíble, nunca lo podré olvidar», ha dicho en su primera intervención antes de recoger el galardón

Ana Ranera

Gijón

Martes, 22 de octubre 2024

«El bádminton era un deporte que nadie conocía», recordaba este martes Carolina Marín, Premio Princesa de Asturias de Deporte, durante la rueda de prensa que protagonizó en el Hotel de la Reconquista. No podía disimular su felicidad por el galardón y por haber conseguido que «en nuestro país se hable de bádminton y que lo empiece a practicar mucha gente», de hecho, hacía hincapié en que hace años hubiera sido «impensable que una chica española pudiera dominar», una práctica mucho más habitual en Asia que en nuestro continente.

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Un deporte con el que además ha vivido algunos de los mejores momentos de su vida y también de los peores porque las lesiones se han ido repitiendo a lo largo de su brillante carrera. «Siempre intento sacar de todo momento negativo algo positivo y para mí lo positivo de esta lesión ha sido pasar tiempo con mi familia». No es baladí esta cuestión porque desde que Marín se fue de casa a los catorce años, nunca había podido pasar «más de una semana con ellos».

Y, precisamente su madre y su equipo fueron sus principales apoyos tras su lesión este verano en los Juegos Olímpicos de París. «Lo he pasado fatal y tengo que reconocer que mi familia me ha sacado muchas sonrisas». Ellos le dieron fuerzas en su peor momento, hasta el punto de que echó de su mente la idea de la retirada. «Me daría mucha pena que una lesión me retirase de la pista», confesaba.

De momento, parece que ninguna dolencia va a conseguir que se aparte de un sueño que hizo realidad sin tener prácticamente ningún referente. Cosa que ahora, gracias a ella, ha cambiado: «Ojalá yo hubiera tenido un referente, ojalá los niños vean los valores que el deporte transmite», deseaba, dando especial importancia a la visibilidad que acarrea este Premio Princesa. «Este galardón reconoce el mérito que hay detrás de un deporte que es muy minoritario y que ahora mucha gente practica».

Cada vez se suman más personas a una práctica en la que Marín lo ha ganado «todo». Entre todos esos oros, está «la medalla del cariño y la empatía de la gente» y también el que estuvo a punto de conseguir en los Juegos Olímpicos de este verano. «Yo iba allí a conseguir la medalla y la vida me cambió de un segundo para otro, pero la gente me ha hecho sentir muy especial, les estoy eternamente agradecida».

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Nunca se olvidará de lo que vivió «en la calle y en las redes sociales» y tampoco olvidará la importancia de la salud mental. «El trabajo mental es muy importante. Desde los quince años voy al psicólogo, no hay que estar loco para necesitarlo», reivindicaba. «Puedes estar bien, pero puedes querer estar mejor e igual necesitas ayuda externa», lanzaba y recordaba que los deportistas son personas de carne y hueso «que sentimos y padecemos».

Ella ahora mismo está inmersa en ese proceso de recuperación «sin ninguna prisa» y confesaba que se sentía especialmente reconfortada por el Premio Princesa. «Recibí la noticia durante un entrenamiento. Cogí el móvil y vi unos mensajes de mi madre», contaba, emocionada porque era un galardón con el que llevaba mucho tiempo soñando. Y, como suele pasar en su carrera, a base de mucho esfuerzo, los sueños se le hacen realidad a Carolina Marín.

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El jurado presidido por Teresa Perales decidió entregar el Premio Princesa de Asturias de los Deportes 2024 a la campeona del mundo que ha logrado unir bajo su destreza, sus éxitos y su personalidad, borrando cualquier miedo y frustración, a toda la familia del deporte mundial, que ha mirado hacia una jugadora de bádminton. Carolina Marín, a quien su palmarés la delata, es la sucesora del atleta keniano Eliud Kipchoge y se une ya a una larga lista de honor que abrió Sebastian Coe y en la que aparecen protagonistas como Juan Antonio Samaranch, Severiano Ballesteros, Sito Pons, Sergei Bubka, Miguel Induráin, Javier Sotomayor, Martina Navratilova…

La deportista onubense, de 30 años, no deja de agrandar un palmarés que, junto a sus siete títulos europeos, también incluye un oro olímpico en Río 2016, cuatro Campeonatos del Mundo, un oro en los Juegos Europeos y numerosos torneos internacionales. Y eso pese a sufrir dos graves lesiones.

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