José Andrés: «Mi madre plantó en mí la semilla de mi amor por Mieres y por Asturias»

Llegó al acto recorriendo los pocos metros que separan el Mieres Centru Cultural -se había desarrollado una actividad de la Fundación Princesa de Asturias- hasta el Parque Jovellanos arropado por el alcalde; «yo te protejo», le decía Aníbal Vázquez ante la incesante petición de fotos y de autógrafos de los viandantes. Él se detenía y accedía a las demandas con una amplia sonrisa y con bromas; pero había un horario que ya se había incumplido -el homenaje dio comienzo a las 20 horas, cuando estaba previsto a las 19.30- y el público esperaba ya impaciente.

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Lo primero que hizo José Andrés tras llegar al parque fue abrazarse con un primo suyo, Manuel Díaz Puerta. «Estamos muy orgullosos de él» decía. Tras recibir las distinciones, el cocinero recuperó algunos recuerdos de su juventud. «Yo marché de Mieres muy de niño, con unos cinco años. Pero regresé una década después, cerca de unas navidades, llegué en un tren que venía bastante vacío. Fui una de las dos personas que se bajaron en la estación. Era tarde, había frío y humedad. Pero allí tenía un grupo de personas de las cuales no tenía constancia más que de una foto que me había enseñado mi madre Marisa, la que plantó en mí la semilla de mi amor por este concejo y por Asturias». El público arrancó a aplaudir. «¡Y en esa estación estaba mi familia! Gente a la que ya quería pero a la que aprendí a amar. Estaban todos allí, dando la bienvenida a un rapaz que había visto marchar cuando era muy niño y era un poco más grande. Ese momento, que me marcó lo que significa la familia, el cariño, el estar allí los unos con los otros, eso es lo que plantó en mí la semilla del querer ser empático y que, en los momentos que puedo, intentar llevar algo de comida a aquel que lo necesita. A esa familia que tanto quiero, a mi madre y a mi padre y, sobre todo, a todos vosotros, mierenses, gracias por hacerme sentirme como en casa cada vez que regreso».

Emotivo, bromista -hacía que le vencía el peso de la insignia de Mierenses en el Mundo-, cercano con la gente y, también reivindicativo. «Me siento muy honrado de esto, espero haber hecho lo suficiente para merecerlo. Y hay muchas personas que cada día nos levantamos con la ilusión de hacerlo lo mejor que podemos. No siempre lo logramos, pero se puede intentar porque vale la pena. Y en este mundo en el que vivimos, en el que parece que siempre, sobre todo en política, tenemos esos enfrentamientos en los que nunca ayudan a que la sociedad funcione mejor. En donde personas como ustedes, o yo con mi pequeña contribución, pasemos más tiempos respetándonos los unos a los otros y ayudando al prójimo como tú querrías que te ayudaran a ti mismo. Y si conseguimos hacer esto, podemos lograr un Mieres mejor, una Asturias mejor, una España mejor y, ¿por qué no?, un mundo mejor. Dejemos de apoyar a líderes de izquierdas o derechas que lo único que buscan es sacar lo peor de nosotros».