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ALEJANDRO FUENTE
MIERES.
Jueves, 21 de octubre 2021, 01:32
El escenario del Mieres Centru Cultural se había configurado como un plató de un programa de televisión, un 'late night' al más puro estilo norteamericano, con una mesa -con su taza de café y todo- en la que se sentaría el presentador para dar paso a los diferentes invitados que serían entrevistados. El conductor del programa fue el periodista Juan Ramón Lucas y el protagonista absoluto era el cocinero José Ramón Andrés Puerta, José Andrés, galardonado con el Premio Princesa de Asturias de la Concordia por su labor al frente de su ONG, World Central Kitchen.
'Yes, de Mieres', era el título de la actividad organizada ayer por la tarde por la Fundación para acercar a los mierenses -y a los visitantes- la personalidad arrolladora y a la vez sencilla de este cocinero que, «plato a plato», ha forjado una organización que lleva comida a cualquier lugar del mundo asolado por la catástrofe. «Porque la gastronomía es mucho más que tener tres estrellas Michelin», afirmó ante un público entregado.
Contó cómo se fue creando poco a poco esa organización desde que el huracán Katrina asoló la ciudad norteamericana de Nueva Orleans. «Estaba sentado en la comodidad de mi hogar y me dije que tenía que estar allí». Y así fue. Él fue quien se acordó «de los olvidados y de los pobres a quienes no llegaba ayuda alguna». Ese 2005 fue el germen con el que fue sumando actuaciones en otros lugares y aunando más ayuda de otros colaboradores. «Los grandes problemas tienen una solución sencilla, y la mía era ponerme a los fogones, hacer comidas y enseñar a hacerlas».
Al escenario se sumaron otros cocineros de renombre en la región, como Nacho Manzano y Marcos y Pedro Morán, con quienes José Andrés revivió experiencias culinarias, alabó los productos y la gastronomía regional y nacional y delató el ingrediente principal de sus platos: «El espíritu de mi origen».
Uno de los momentos más emocionantes fue el encuentro -por videoconferencia- con Ferran Adrià, con quien inició su andadura profesional en el restaurante El Bulli, en Cataluña, a donde el mierense llegó cuando tenía cinco años. Casi convertido en el maestro de ceremonias, micrófono en mano y moviéndose por el escenario, José Andrés aprovechó para destacar la figura de quien fuera su mentor: «Si fuese farmacéutico no habría enfermedades en el mundo; eso es lo que él ha hecho en el mundo de la cocina». Y de él aprendió, continuaba, «a ser generoso; Ferran podría haberse guardado todas las recetas que ha creado. Pero no, las compartía y las mostraba».
El cocinero fue cercano con el público -se formó una larga cola en el exterior para poder acceder al recinto- y quiso despedirse cantando el 'Asturias patria querida' y animando a los asistentes a sumarse a ello.
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