El valor de la verdad impresa

Lleva más de treinta y tres años ligado a 'Gazeta Wyborcza', el periódico de referencia de su país, publicación contemporánea de la democracia en Polonia desde la que Adam Michnik, que aún hoy, a los 76 años, sigue ejerciendo de redactor jefe, ha desarrollado una tarea de vigilancia del poder y firme europeísmo. Miembro del consejo emérito de Reporteros sin Fronteras, sus artículos han encontrado espacio en periódicos y revistas tanto de Europa como de Estados Unidos, ha entrevistado a un gran número de personalidades de todo el mundo y también él ha sido entrevistado.

En estos últimos meses, y más desde la concesión del Premio Princesa de Comunicación y Humanidades, hay una cuestión que se repite en los cuestionarios: la guerra en Ucrania. «Vladimir Putin ha llevado a Rusia a una trampa». «La invasión terminará como la guerra afgana de Brezhnev y provocará una 'nueva ola'. En Rusia, los cambios ocurrieron después de que se perdieron las guerras: después de la guerra finlandesa, la guerra japonesa, la guerra afgana y ahora Ucrania». «Rusia siempre será necesaria, pero una Rusia que no sea agresiva imperialmente». «Putin ya no es predecible». «El mayor logro de Putin ha sido convencer a gran parte de la sociedad de que el blanco es negro y el negro es blanco y de que no hay guerra en Ucrania sino una operación especial». «Lo que está en juego en estos momentos en Ucrania es también el modelo europeo de democracia, de relaciones internacionales y de estilo de vida». «Yo también preferiría seguir el camino de la paz y de la desmilitarización, pero hoy es preciso defender Ucrania». «Putin quiere ser un nuevo Ivan Kalita y unir las tierras rusas. Esa es la raíz de la situación en Ucrania. Cree que no hay una nación ucraniana, que el estado ucraniano es una ficción». Son algunas de las frases que ha pronunciado quien durante mucho tiempo se ha descrito a sí mismo como «un rusófilo antisoviético».

En los últimos meses, Michnik ha centrado su discurso en cargar contra el Kremlin por la guerra en Ucrania, sin ahorrarse tampoco críticas al Gobierno ultraconservador en Varsovia: «Si Kaczynski gana poder durante los próximos cuatro años, se instalarán en Polonia los comienzos del 'putinismo', el patrón de un Estado donde no hay un poder judicial independiente, donde las instituciones independientes son solo decoración, donde la Corte Constitucional estará nombrada a dedo por el partido gobernante y con un banco central en una situación similar. Esto es peligroso», decía en una entrevista a EL COMERCIO el pasado mayo. Otro asunto recurrente en sus artículos han sido las advertencias de los riesgos de los populismos en el viejo continente: «Son enemigos de Europa dentro de una ola de egoísmo étnico y de Estado mezclado con la corrupción que crea descontento en amplias capas sociales».

Su desempeño profesional en el mundo del periodismo le ha valido el reconocimiento como uno de los 50 héroes de la libertad de prensa, según el listado del año 2000 del Instituto Internacional de la Prensa (IPI). Pero Adam Michnik es también autor de varios libros sobre temas políticos e históricos y de ensayos que han sido traducidos a varios idiomas, entre ellos el español, y en los que lo que ha dejado impreso negro sobre blanco conduce al pasado más reciente, a la Europa del Este que él vio pasar del comunismo a la democracia.

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