José Antonio Saiz, en la tarde de ayer, con el monte Hacho al fondo. E. C.

«Nunca se ha visto algo así en Ceuta»

El avilesino José Antonio Saiz, que lleva 33 años en Ceuta, desliga los sucesos de la migración: «Es una crisis de fuerza con Marruecos»

JOSÉ L. GONZÁLEZ

GIJÓN.

Jueves, 20 de mayo 2021, 01:06

José Antonio Saiz conoce bien la realidad ceutí. Hace 33 años, después de aprobar una oposición a la Administración General del Estado, emprendió rumbo a la ciudad autónoma desde su Avilés natal para empezar una nueva vida. Casado, con dos hijos, 59 años y un ... trabajo de funcionario en la Seguridad Social, los sucesos acaecidos en la ciudad en la que más años de su vida ha pasado, con el cruce masivo de la frontera por parte de migrantes, le han llevado a experimentar una situación inédita. «No he sentido miedo, pero sí cierta ansiedad. Nunca se ha visto algo así», relata. Su testimonio de lo vivido estos días se mezcla con una visión más profunda de una Ceuta que mantiene una estrecha relación con Marruecos y donde la convivencia entre religiones y culturas diferentes asegura que ha sido, hasta ahora, modélica.

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Lunes. Rumores, noticias y nervios

«Pensé que solo era un salto a la valla»

José Antonio Saiz tiene una estrecha vinculación sindical. En la tarde del lunes acudió a apoyar a los trabajadores del BBVA, que protestaban en Ceuta por el ERE que quiere aplicar la empresa. En la concentración ya empezaban a circular los primeros rumores. «Se decía que había entrado gente. Pero pensé que era un salto a la valla, que para nosotros no es tanta noticia», explica. Tan tranquilo estaba que se fue a la peluquería, donde los comentarios seguían llegando. «Decían que habían entrado 2.000 personas y me asusté un poco. Estuve hasta la una de la madrugada siguiendo las noticias. Había algo que no me cuadraba», recuerda.

Las relaciones de España y Marruecos siempre han pasado por altibajos. Cuando José Antonio Saiz llegó a Ceuta se encontró con dificultades para pasar la frontera de Marruecos, con largas colas que disuadían de ir a disfrutar de una jornada en el país vecinos. Con los años, la situación mejoró y han sido muchos los inviernos que este avilesino ha pasado en una casa alquilada junto a su familia en las playas marroquíes. En torno a 2014, la situación volvió a complicarse, en un intento del Gobierno marroquí de evitar el contrabando de productos procedentes de Ceuta que penaliza a los habitantes de esta ciudad, muchos de los cuales desisten de ir a Marruecos por las largas colas en la frontera. «Hace años que dejé de ir y muchos amigos también», explica.

El distanciamiento se ha hecho más preocupante con el lenguaje que, sostiene, viene utilizando el Gobierno marroquí en los últimos meses para referirse a España. Unas expresiones que algunos de sus amigos califican de «prebélicas». El reconocimiento por parte del Ejecutivo del ex presidente de EE UU Donald Trump del Sáhara como territorio marroquí no ha hecho más que tensar las relaciones con España, más cuando se supo que Brahim Gali, líder del Frente Polisario y presidente de la República Árabe Saharaui Democrática, estaba siendo tratado en España. «Esto no es un problema migratorio, es una crisis de fuerza con Marruecos», afirma rotundo José Antonio Saiz.

Martes Jóvenes y tanquetas

«Salí de casa y junto al portal había una persona dormida»

El martes, cuando a las ocho de la mañana se fue a trabajar, lo primero que se encontró fue a una persona durmiendo al lado de su portal. De camino al hospital, donde trabaja su esposa, los grupos de jóvenes sin mascarillas por la calle se mezclaban con la visión de las tanquetas del Ejército. «Ahí te das cuenta de que la situación es más grave», explica.

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Buen conocedor de la inmigración que llega a Ceuta, lo primero que percibió de los grupos que se veían por la calle es que «iban bien vestidos. No parecía gente necesitada». Acostumbrado a los subsaharianos que llegan en muy malas condiciones a Ceuta para tratar de saltar a países como Bélgica o Francia, José Antonio Saiz vio esta vez a una mayoría de magrebíes, lo que refuerza su tesis de que el problema lo ha generado Marruecos.

Miércoles Recuperar la calma

«Ya abrieron los colegios, comercios y hosteleros»

La súbita entrada de migrantes, más de 8.000, provocó que se cerraran comercios, bares y restaurantes y que muchos niños no fueran al colegio. Ayer, con miles de personas devueltas a Marruecos y mermado el flujo hacia España, los servicios y la educación recuperaron la actividad. «Hubo repartos de comida y mascarillas y sabemos que el Gobierno nos va a apoyar económicamente», explica José Antonio Saiz. Lo que preocupa a este avilesino es que, tras muchos años de convivencia entre religiones y culturas diferentes, estos días ha visto cómo algunas personas cuestionaban a ciudadanos españoles por tener apellido marroquí. «Es un fenómeno ligado a la extrema derecha, que aquí tiene mucha implantación. En quince días, se habrá pasado», desea este avilesino afincado en Ceuta.

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