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Javier Fernández recibió esta mañana en Santiago de Compostela la Medalla de Oro de Galicia de la mano del presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, en reconocimiento a su trayectoria política y como uno de los artífices de la cooperación institucional que existe entre Asturias, Galicia y Castilla y León en defensa de los intereses de Noroeste peninsular. Lo hizo visiblemente emocionado, rodeado de su familia y de algunos de los miembros de su último Gobierno, así como del nuevo presidente del Principado, Adrián Barbón, que quisieron arroparle en este reconocimiento público que llega de la vecina Galicia. En su discurso, quien fuera también durante diecisiete años secretario general de la Federación Socialista de Asturias (FSA), realizó un contundente alegado en defensa del modelo territorial y el estado de autonomías, al tiempo que defendió la importancia de dejar a un lado los intereses partidarios para avanzar en la colaboración entre territorios. «La cooperación no la inventamos en el área Noroeste, nos la impone nuestra geografía», defendió.
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Aseguró Fernández que trabajar codo con codo con el presidente gallego Alberto Núñez Feijóo y el exdirigente castellanoleonés Juan Vicente Herrera, ambos del PP, fue «fácil» porque basaron su cooperación en las cuestiones institucionales y no ideológicas y porque, añadió, para los tres primó la lealtad a la Constitución sobre otras cuestiones. «Ninguna diferencia nos importa si no se convierte en privilegio», subrayó el exlíder socialista asturiano que, como viene siendo habitual, aprovechó su discurso para cargar contra el nacionalismo. Recordó que fue voluntad también de los anteriores presidentes autonómicos colaborar con las regiones vecinas en la construcción de carreteras y prestación de servicios. Pero ahora, anotó, los Gobiernos de Asturias, Galicia y Castilla y León «percibimos que teníamos problemas estructurales que compartíamos, como el declive demográfico, las deficiencias en infraestructuras y las insuficiencias en la financiación». Unas debilidades que hicieron que estos tres gobiernos tomaran conciencia de las «necesidades comunes» y a sus dirigentes de que «representamos a comunidades con soledades complicadas». De ahí surgió esta cumbre política del Noroeste de España que sirvió para que estas regiones unieran fuerzas frente al Gobierno central para reclamar una distribución de la riqueza más equitativa y una mejora del modelo de financiación. «Pero sabiendo que los problemas y los peligros a los que nos enfrentábamos en el Estado autonómico no son de índole técnico, sino político», quiso aclarar.
En su defensa al modelo territorial actual, Fernández sostuvo también que la identidad gallega, asturiana y castellanoleonesa «no compiten» con la española, «sino que se funden con ella». Su discurso improvisado concluyó con el compromiso de representar, a partir de ahora y de forma simbólica, a la tierra gallega allá donde vaya.
Tras él tomó la palabra el otro homenajeado. El expresidente castellanoleonés se refirió a Fernández como un hombre «serio, prudente, culto y leal compañero», con el valor añadido de que ha sabido estar «por encima de la ideología y de los signos políticos» durante su trayectoria política. Juan Vicente Herrera se atrevió incluso a leer parte de su discurso en gallego para reivindicar el idioma y la cultura de esta comunidad que ahora le homenajea y también, igual que hiciera Fernández, defendió la cooperación entre comunidades. «La identidad no se pierde al relacionarse con los demás», declaró.
El último en intervenir sería el presidente anfitrión. Feijóo también puso el trabajo realizado por estas tres comunidades como un ejemplo de que hay una España que «funciona» ajena a los procesos «desestabilizadores» que se viven en otros territorios, como Cataluña. Redundó en los méritos que hacen a Fernández y Herrera merecedores del máximo reconocimiento que concede Galicia cada año en la víspera del día grande y los describió como representantes de la política «útil», «de verdad», «real» y «con mayúsculas». Dijo estar emocionado de que su colega castellanoleonés hiciera uso del gallego y con especial cariño se refirió al expresidente asturiano, del que destacó que era un hombre «de palabra e íntegro», «la aspiración y el deseo de todo político en su punto y, aparentemente, final de su carrera política».
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