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JOSÉ L. GONZÁLEZ
GIJÓN.
Miércoles, 8 de enero 2020, 03:19
La división que se vivió durante las tres sesiones que duró la investidura de Pedro Sánchez como nuevo presidente del Gobierno se trasladó ayer a Asturias. Representantes de las siete formaciones que tienen presencia en la Junta del Principado mostraron su parecer ante ... la elección del líder de los socialistas, dejando patentes dos visiones bien diferentes: mientras los partidos de izquierdas exhiben su alegría y reclaman soluciones a todos los asuntos que Asturias tiene pendientes y que dependen del Ejecutivo central, en la derecha desconfían de la política territorial que se aplique a partir de ahora y vaticinan un oscuro escenario para la región.
La portavoz del PSOE, Dolores Carcedo, celebró que la investidura de Pedro Sánchez «pone fin al bloqueo político de los últimos meses y permite abordar los retos que el país en general, y Asturias en particular, tiene por delante». Durante los últimos meses las quejas por el bloqueo han sido constantes en el partido de Gobierno, que espera que ahora se aborden cuestiones como «la transición energética, el futuro de nuestra industria o la conclusión de las infraestructuras aún pendientes».
Al otro lado de la bancada la interpretación de la situación en la que queda la región es bien diferente. La portavoz del PP en la Junta, Teresa Mallada, cargó con dureza contra el PSOE, al que acusa de haber «tomado como rehenes a los españoles para mantenerse en el poder» y considera que «el panorama para los asturianos es desolador, con un Gobierno que quiere imponer comunidades de primera y de segunda y sin un Gobierno de Asturias que defienda nuestros intereses».
Con un tono más contenido, pero en una línea similar se pronunció la portavoz de Ciudadanos en la Junta, Laura Pérez Macho, quien cree que el pacto «con populistas y nacionalistas» de Sánchez tendrá consecuencias negativas para Asturias. «Supone una visión insolidaria y supremacista del Estado y de las relaciones entre comunidades autónomas y hace que no tengamos en este momento garantías de que se vayan a tener en cuenta nuestras necesidades en materia de financiación y solidaridad entre territorios».
Quien sí estaba contento ayer era el secretario general de Podemos en Asturias, Daniel Ripa, quien reconoce que «el Gobierno tendrá retos urgentes que afrontar para Asturias». Asuntos como el apoyo al sector industrial, la reforma de la financiación autonómica con un modelo que «cohesione y no discrimine» y la ampliación del Estado del Bienestar, «medidas que llevamos años defendiendo desde Asturias», se revelan cruciales para esta formación. «Hoy estamos un paso más cerca de que puedan ser realidad».
Igual de alegre se mostró la portavoz de IU en la Junta, Ángela Vallina. «Es un buen día para la sociedad española, con un nuevo Gobierno progresista que tiene por delante la dura tarea de revertir los desmanes de los gobiernos que, aprovechando la crisis, desprotegieron a la mayoría y favorecieron el incremento de la igualdad».
Donde no confían tanto en el nuevo Gobierno es en Foro. Su portavoz en la Junta, Adrián Pumares, solo espera de este nuevo Gobierno «marginación, más teniendo en cuenta que buscará beneficiar a determinadas comunidades en detrimento de otras como Asturias con el único objetivo de permanecer en la Moncloa».
Por su parte, el portavoz de Vox en la Junta, Ignacio Blanco, dibujó un panorama catastrofista. «España cuenta con el peor Gobierno posible de nuestra democracia, que nos dirigirá a una gravísima crisis económica e institucional. Cuando los comunistas llegan al poder ya no vuelven a dejarlo nunca, salvo por la fuerza».
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